Fué Jesusa morena menudita y alegre,
primera hembra nacida de Balbino y Mercedes
ya entre los tres mayores, y que luego cuidó
de otros dos que vinieron aunque ya algo espaciados:
Amelinda y Segundo.

Cargada de hermanos , y cargada también
de trabajo de campo, de labores caseras, pasa ratos cantando, y soñando ilusiones
y también soportando
el magnífico genio de sus deudos y ancestros.
Eran tiempos difíciles
para niños y púberes,
para viejos y jóvenes
y aunque en esa familia
no existía el machismo,
siempre estaba la hembra
que era quien recibía
más cariños y gritos
de los otros varones.
Mas no gritos del padre,
de carácter amable,
sazonado con brisas del caribe cubano
y que siempre intentaba, aunque a veces sin éxito,
poner paz y castañas.
Huerfanita de padres a una edad muy temprana,
ella asume ese rol, responsable y serena,
de ser madre de todos.
Recordar los Poncelas es nombrar a familia
de precoces artistas, con sentido del ritmo,
con oído y con voz.
Es Jesusa y su “ángel” su salero y su arte,
quién hacía delicias en las fiestas del pueblo,
en jaranas de sábado, en cualquier ocasión
de reuniones sonoras, que aunque duro el trabajo,
no faltaban tampoco.
Repertorio increíble pues igual te cantaba
un fandango andaluz, que una jota asturiana
que un romance gallego, aquellos que escuchara
a su padre y hermanos y a los otros mayores.
Nos has hecho pasar increíbles momentos
con los pelos de punta, con el alma enganchada, humedad del sentir, cuando de tu garganta
afinada y templada se salían los trinos,
los bemoles y fas sostenidos y soles,
de tus asturianadas
Cuando habías dormido “sin pagar la maquila,
junto a la molinera
y olé y olé” ;
Cuando de aquella honda fiel raíz del manzano
rezumaba el sentir aquella otra comadre:
"La mi madre asturiana”";
Cuando aquellas muiñeiras revolando las sayas
en el aira de Fonso que no se olvidarán.
Un recuerdo a Segundo, Amelinda y Gonzalo, también para Alfredo y, cómo no para Arturo, que minero ganaba para darte alpargatas , también ropa de fiesta, algún pano estampado o igual un par de medias del preciado "cristal".
Hoy matrona viuda te deseo que dures en salud y familia y conserves la voz, por la que por mí fueras para siempre inmortal.
¡Qué conjunto no harían hoy los cuatro Poncelas, añadiendo a Benicia, junto al padre rector! De mayor a menor son Balbino y Alfredo, con Arturo y Gonzalo y animando y cantando la Jesusa del tema, con su ágil manejo de la fiel pandereta...
Mara Gondel
é de pelexo de ovella
Oite pacía no monte
Oxe toca que rabea...
Este pandeiro que toco
ten o pelexo virado
cando se toca con xeito
bailan os demos no adrio.
Eu queríame casare
miña nai nun teño roupa
casa miña filla cásate
que una perda tapa a outra...
Ay lelelo ay lalelo....
Injusto sería que para esta familia no hubiera lugar en los “personajes” y aunque otros con más calidad y sentir, podrán recogerte en escritos mejores, yo quiero que entres por mí en ellos de lleno.
Salve prima querida.
El baile suelto del pueblo que se daba en nuestras aldeas, con gaita y pandereta, tamboril y bombo, no es fácil de reproducir por muchas y meritorias “escolas” y academias que broten y se promocionen.
Tendríamos que resucitar a Miguel el cojo, y a muchos que se fueron para no volver, para captar el sabor auténtico y autóctono de aquellas fiestas del pueblo, que pocos miembros de las “escolas” habrán tenido la fortuna de haberlas contemplado en vivo.
Queda gente que las ha vivido, que ha participado en ellas, verdaderos dotados (talentos que se perdieron por falta de publicidad, oportunidad y ayudas) como Jesusa Poncelas *de Villar de Acero, por citar un modelo, y que puedan describir, contar e incluso cantar para investigadores y etnógrafos de campo, pero no deja de ser una aproximación más o menos afortunada.
Ya podrán escarbar, ilustrarse en libros eruditos del tema, recorrer montes y cruzar valles con poderosos medios técnicos, que organizar una fiesta popular genuina no podrán…
Y no podrán por exceso de organización, medios y normas, cuando las auténticas tenían un mínimo de eso.
Es muy bonito por cierto asistir a una representación-espectáculo de gaiteros y muñeiras de “Escola” pero aquella participación popular siempre será inexistente o muy limitada.
Y por tanto por muy buenos y bien enseñados artistas que actúen, por muy evocadoras que sean las voces que oigamos en muiñeiras envasadas para el consumo cultural de hoy, nunca igualarán el genio en el bailar, en el tocar, en el cantar, de aquellas gentes amateurs e improvisadoras que hemos contemplado evolucionar en las airas de baile de nuestras aldeas, pongamos que sean las de Villar sin ir mas lejos.
*Hoy descansa en paz