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sábado, 25 de julio de 2009







Villar de Acero


Recuerdo mi época de trabajo en Villafranca, que me permitía unas escapadas por las tardes hasta Villar, y otros pueblos, pero quizáas el que más recuerdos me trae sea Villar, tal vez, porque fueras cuando fueras en Villar siempre encontrabas a alguien en el Bar.


Comenzaba la visita en el bar de la siempre hospitalaria y generosa Rosario, donde siempre contaba con la discreta compañía de Pepe su esposo, al fondo, sentado tengo la imagen fresca de Raul, esperando, tal vez, que regresaran los colegas del trabajo: Pedro, Jaime q.e.p.d., Tomasín, Roberto, o quizas la silenciosa aparición de Anselmo. En verano llegaba el nítido sonido de las canciones de Manolo Escobar, que Pedro ponía a todo volumen en su casa.


A veces, la tranquilidad de la cantina se rompía porque al día siguiente había cacería y llegaba Aladino q.e.p.d., como un ciclón, dispuesto a ser el que mejor diera el monte, y contando de antemano las aventuras que sin duda se iban a dar en la posterior jornada de caza.


Cambio de estación, llegamos al bar de ese buscador de fortuna que es Julio, que siempre había  de ofrecerte un décimo de lotería que había  traido de no se donde, porque le había  dicho el Bruxo de Perexe que iba a tocar.



Cuando el motivo era repartir los alimentos de Cruz Roja, visitábamos a los hermanos; Baltasar, Juan y el eterno enamorado, Simón. A los dos primeros su dignidad no les permitía aceptarlos, por lo que había que dejárselos en una casa de confianza, en cambio, Simón mas pracmático, nos decía  en aquel lenguaje ininteligible; "si eles nun queren, pra min".






Capítulo aparte merece la inteligencia de Jesús "el mudo", y su desconfianza, mención especial: "nun me gusta o do bigote, a pensión, a pensón..fora".

En fin, amigos vilaregos, no sintáis envidia de nadie, si acaso de aquellos que pueden disfrutar siempre que quieran de vuestro pueblo y de vuestra hospitalidad, los que sólo podemos disfrutarlo cuando nos dejan, sí tenemos sana envidia.






Santi Teijón












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Airadapedra



AIRA DA PEDRA (Por Fernando)
Aira da Pedra es el lugar donde el tiempo nunca ha existido. La huella del hombre ha sido absorbida tan rápidamente por el entorno que hoy pasa desapercibida.

Incrustado sobre la ladera naciente del valle del Burbia, ve pasar el borboteo arrítmico del río desde el principio de cualquier era, pues ambos se cuentan en la misma historia del recuerdo más antiguo.

Aira da Pedra es piedra. Piedra laminada en sus tejados, amorfas piedras en sus paredes y muros y enormes estructuras de piedra madre en el suelo de sus trillas.

Es un mundo de piedra encajonado en piedra y así¬ poder aprovechar la tierra de la ribera del río para una mínima agricultura de subsistencia.

Pero Aira da Pedra es también gente. Personas de condición antigua, de nobleza desmesurada y con la visión amplificada del desarrollo con su medio natural que hace que el viajero se sienta lugareño desde el primer saludo, auacuten siquiera sin comprender el dialecto mas que a grandes rasgos.

Aira da Pedra está escondido. No se ve. Es su modo de continuar libre de esa contaminación excesiva, de prosperar como espacio natural protegido y de guardar su intimidad.

Pero aíun así, siempre hay ojos atentos que observan, que lo contemplan escondidos, grabando en su mente la Historia de Aira da Pedra. Afortunadamente tras los brezos, siempre habrá un corzo que mira.