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domingo, 5 de junio de 2016

"Ataques contra Cataluña" de dos jóvenes españolas en la Meridiana de BCN

Una de ellas sufrió traumatismo tras un fuerte golpe en la cabeza: Separatistas agreden a dos mujeres del grupo “Barcelona con la selección”



Las dos jóvenes agredidas, en una foto reciente, bajo una carpa de "Barcelona con la selección".
Las dos jóvenes agredidas, en una foto reciente, bajo una carpa de “Barcelona con la selección”.
M. J. Bosque.- Es la crónica diaria de una Cataluña que vive ya en permanente roce con la violencia. Hay rincones de la Cataluña profunda que se asemejan al peor Belfast de los años 70. Hay zonas de Cataluña donde llevar un simple pin de la selección española se ha convertido en un gesto de altísimo riesgo. Para complicar las cosas, el fulanismo del separatismo radical con el islamismo alcanza ya cotas sonrojantes. Hay catalanes que, en ese delirante proceso hacia la subhumanización que trae aparejado el nacionalismo extremo y excluyente, consideran que una mezquita tiene un toque más autóctono que cualquiera de las iglesias locales. Esa Cataluña soez, infame y violenta debe ser combatida con todo el peso que la importancia histórica de España exige. No caben ya contemplaciones ni medias tintas. Ese reducto viviente del cromañonismo ibérico tiene que ser combatido sin cuartel hasta su completa aniquilación. Millones de españoles no pueden seguir con indiferencia la campaña de linchamiento que ha sido puesta en marcha contra cualquiera que en Cataluña alce su voz contra el nacionalismo y defienda la vigencia del proyecto nacional español. Tal es lo que le sucedió ayer tarde a Ruth y María Rosa, dos chicas de la asociación “Barcelona con la selección”, que fueron salvajemente agredidas por un grupo de cinco separatistas. Cinco separatistas criminales contra dos chicas indefensas. La persecución sañuda y violenta hacia cualquier reivindicación españolista. No habría mejor retrato del camino que sigue Cataluña hacia su kosovarización. (PINCHE AQUÍ PARA VER EL VIDEO DE LOS SUCESOS)
Los hechos ocurrieron en la capital barcelonesa, convertida por obra y gracia de su alcaldesa Ada Colau en ciudad experimental de todas esas taras sociales y morales que reducen la condición humana al nivel del estercolero. Fue concretamente en la zona de Meridiana con Fabra i Puig, en el barrio de Sant Andreu. Las dos jóvenes se encontraban en una carpa montada con motivo de la participación de la selección española en la Eurocopa, cuando sufrieron dos ataques de sendos grupos de radicales. El primero de ellos hizo acto de acto de presencia para intimidarlas primero y golpearlas después. También destrozaron la carpa, simplemente por haber una bandera española, además de la catalana. La propia Ruth narró los hechos a AD: “Llegaron unas cinco personas y me empujaron. En la caída sufrí un duro golpe en la cabeza. Mientras estábamos en el suelo siguieron golpeándonos a patadas y no dejaban de llamarnos putas y decir que nos matarían”. Azafata de convenciones y perteneciente a varias organizaciones defensoras de la españolidad de Cataluña, Ruth confiesa que pasó “el momento más doloroso y traumático de mi vida”. A resultas del duro golpe sufrido en la cabeza tuvo que ser atendida por traumatismo en un centro sanitario del barrio Maragall, de la ciudad condal.
Ruth y María Rosa, minutos antes de ser salvajemente agredidas.
Ruth y María Rosa, minutos antes de ser salvajemente agredidas.
Tras agredir a las dos jóvenes y destrozar la carpa, los asaltantes abandonaron el lugar de los hechos. A los pocos minutos se personó una patrulla de los mossos d’esquadra para recabar información y poco más. Se marcharon y casi a continuación apareció otro grupo de radicales a bordo de un vehículo. María Luisa Juliá, una profesora jubilada, fue testigo de lo ocurrido. Ella misma hizo la narración en conversación telefónica: “Me acerqué a interesarme por las dos chicas. Llegó un coche con algunas personas dentro. Uno de ellos, con una llamativa cicatriz en la cara, se bajó del coche para amenazarnos y escupirnos. Gritaban “puta España” una y otra vez. Un segundo, con medio cuerpo fuera del coche, nos arrojó cerveza. Estaban sobreexcitados. Su vestimenta y estética era claramente skin. Fue una escena dantesca”.
La ejemplar actitud de María Luisa contrastó con la pasividad del resto de los testigos, que prefifió seguir los hechos desde una “prudente” distancia. Cree nuestra interlocutora que tal circunstancia pone de relieve la ‘batasunización’ de Cataluña y el miedo imperante en la región. María Luisa Juliá se ha puesto a disposición de las dos jóvenes para testificar sobre los hechos vividos. Sin duda, el coraje de esta mujer, al actuar como garante de la continuidad del ejercicio de la autoridad al que ha renunciado el Gobierno de España, merece nuestra máxima ponderación. El seny del catalán de siempre frente a la laxitud moral de los traidores advenedizos, en su mayoría churretosos charnegos.
Silencio de las feministas y de Esteban Ibarra
Imagen de los destrozos causados por los radicales catalanistas.
Imagen de los destrozos causados por los radicales catalanistas.
Obvia reseñar que no ha habido ningún comunicado ni declaración reprobatoria por parte de cualquiera de las organizaciones feministas que claman como posesas cuando los hechos son de naturaleza distinta. Tampoco se espera un pronunciamiento condenatorio por parte del muy subvencionado Movimiento contra la Intolerancia de Esteban Ibarra. Las generosas subvenciones procedentes procedentes de la casta parece surtir en este golfo la indiferencia ya habitual cuando los agredidos no pertenecen a uno de esos grupos ‘fetiche’ de los que se sirve el mundialismo para su plan de reversión moral y demográfico. Tampoco los procaces medios informativos ha considerado oportuno informar de los hechos. Compárese con la barahúnda mediática que hubiera provocado un suceso idéntico si los encargados de insultar, amenazar y agredir a dos pacíficas e indefensas mujeres hubiesen pertenecido al llamado “bando de los fascistas”. Ni siquiera la oficialidad del PP catalán se ha pronunciado sobre los hechos.
La asociación “Barcelona con la selección”, a la que pertenecíoan las dos agredidas, ha emitido el siguiente comunicado: “Hoy han agredido a dos colaboradoras a quien querían privar de su libertad, la libertad de promover el deporte y de apoyar a la selección española desde Barcelona, y no lo vamos a permitir. Desde hoy mismo, con las pruebas, testigos, partes médicos y con justicia, vamos a tomar cuantas acciones legales sean necesarias, ya que no es una cuestión de ideologhóias, ni de colores, sino de falta de libertad, de poder promover algo tan sano como el deporte y tan bonito como nuestra selección española en todas las modalidades deportivas. ¿Hasta dónde hemos llegado?
Tenemos fotos de los agresores, un vídeo de las agresiones y la matrícula del vehículo. Pero os agradecemos que, si podéis aportar alguna información adicional, contactéis con nosotros, ya que todas las pruebas suman y ahora más que nunca necesitamos la colaboración de todos.
A pesar de todo somos y seremos el sueño pacífico de miles de barceloneses.
Esperamos que no se repitan hechos tan graves y de ahora en adelante seguiremos trabajando para que el día que instalemos la pantalla para seguir a nuestra selección de fútbol, sea todo un éxito”.
Barceloneses firmando para que la alcaldesa Ada Colau autorice la instalación de pantallas gigantes para seguir a la selección en la Eurocopa.
Barceloneses firmando para que la alcaldesa Ada Colau autorice la instalación de pantallas gigantes para seguir a la selección en la Eurocopa.
Los datos del problema están claros: una Generalitat enfangada en el delito de sedición –penado en el Código Penal- que está dando alas y armas a los violentos separatistas y un Gobierno de la nación que hace dejación de sus funciones y encima se dedica a financiar ese proceso secesionista manteniendo con el dinero de todos los españoles a una Generalitat que ha traspasado todos los límites del imperio de la Ley. Y el orden público entregado a una policía política que sirve a los políticos delincuentes que propugnan la ruptura de la unidad de España.
La fiera separatista campa por sus respetos. Se sabe impune. Con una policía que mira para otra parte. Insistimos, si los sucesos violentos reseñados se hubieran ejercido sobre separatistas la escandalera sería monumental y las detenciones inmediatas. Pero el silencio mediático sobre lo que está sucediendo en Cataluña no minimiza la gravedad sino que la acrecienta, pues desbordadas las pasiones, aguijoneadas desde arriba, con patente de corso, la fiera huele sangre y terminará derramándola.