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jueves, 16 de julio de 2015

Guerra al de fuera



Ya vemos quien suspira

Por figurante de un lugar cualquiera

Bordando la mentira

Contando bien o mal cualquier quimera

Hablen sino  los miles que acudieron

Que entre  vivas y  bravos aplaudieron

Y es cierto  y de corrido

Que es de  indoctos autores  inmortales

-Y en parte ha sucedido-

Que en los pagos  de dichos racionales


Todos acaparando el sol  siniestro

Se desgañiten:¡Fuera! ¡ese no es nuestro!

Donde tantos nacidos

Abundaron de esfuerzos   y   trabajo

Hoy recién venidos

Salen   de figurines  a destajo.


Parece carlistada

En guerra  con los "boinas saboyanos"

Contra la fiel manada

De los  cristinos junto a  sus mesnadas

Que a todo foro progre  y  de rondón

Se adhieren  cual  pulgones de salón

Y donde se ayudaban

En  pérdidas desgracias y  otros males

Y donde se esmeraban

En ayuda y Apoyo a sus iguales

Reina ya el  Odio  Envidia y  Avaricia

Y están todos picados de estulticia



¡ninguna monarquía

montemos  la república tercera!

tercera sinfonía.


La “nueva” guía el trío de “trinchera”.

Todo dios desempolve  la  bandera

Que ya sale el Sol Rojo... en Antequera

Ya está la convención

En marcha entre la zurda somozana

Y a quien no haga nación

 Se le borra en  la “gloria” canterana.

Y sigue  pues el show

¡Ka-Ka-ra-Ká! gritando el polli-gallo

Y digno de Marlow

Con un relincho contestó el caballo

¡Ojho-ojho-ojho! siguió el pollino

¡Uf uf uf uf! hizo el cochino

Y el pau- pau de la pava

Vicetiple sonaba en la porfía

Cual no saciada esclava

De bacanal de dioses en orgía.

El éxito fue tal del show que alabo

Que aquí absorto repito: ¡Bravo! ¡Bravo.!
 


Sigue la “elite” su canto

Maravillando sin parar la villa

Y aunque gruñendo un tanto

Se mueven por el Burbia de la orilla

Captando ya en perjuicio de su testa

que sin buen “manager” no hay buena orquesta












                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                        

miércoles, 15 de julio de 2015

Mamarrachadas

 
EN los días de incienso y naranjos en flor, las bandas cofradieras tocan «La Santa Espina» a ritmo de marcha procesional por las cuestas empedradas de los pueblos andaluces, en las calles de cal y rejas de ciudades a la vera de un río o de la ancha mar, sobre cuyas aguas camina de nuevo el reflejo de un Cristo crucificado.

A nadie molesta y a todos emociona que suenen cornetas y tambores con la sardana a lo divino. En justa correspondencia por este homenaje cofradiero andaluz a las músicas catalanas, la Inquisición de ERC ha declarado anatema la participación de la cantaora flamenca Mayte Martín en el programa de la Diada.

En el Parque de la Ciudadela, la Generalidad ha organizado un concierto con María del Mar Bonet, Josep Carreras y Mayte Martín. Mayte Martín, como bien saben, es una opresora de la cultura catalana, y prueba de ello es que los españolistas le dieron el premio de la Lámpara Minera en La Unión.

 Es una traidora al tarro de las esencias de Macià, pues habiendo nacido en el Principado tiene la osadía de cantar flamenco. Sí, flamenco. ¡Y en castellano! Esa música que es la banda sonora de nuestros enemigos, de España. Comprendo que ERC considere intolerable esta provocación de cantar flamenco en un acto oficial. ¡Hasta ahí podíamos llegar!

 Demasiado tuvimos ya con que Peret o El Pescaílla le pusieran el dignísimo apellido de «catalana» a una depravación cultural cual la rumbita flamenca. Si por lo menos Mayte Martín cantara letras flamencas en catalán... Pero no, quiere cantar en castellano la «Vidalita», una música opresora del imperialismo español.

¡ Inadmisible!

Lo siento mucho, pero al flamenco nunca llegará esta tiranía de la dictadura de la minoría separatista catalana de los gachós de la camisa negra, que parecen todos palmeros de Peret, aunque aborrezcan el cante. Ya aquel genio mundial que fue Benito Rodríguez Rey, El Beni de Cádiz, intentó cantar flamenco en catalán. El genial Beni dijo su «Ya soc aquí» en una entrevista en TVE, que verían en Cataluña, por lo que me extraña que insistan en el error. Beni tomó para interpretarlo en versión catalana sin subtítulos un fandango clásico:

«Tengo un canario en mi cuarto/ que canta cuando te nombro./ Mira si te nombraré/ que hasta el canario está ronco,/ serrana, por tu querer».

 Beni de Cádiz, muy serio, muy profesoral, tras recitar el fandango en castellano, se dispuso a lo que quieren obligar a Mayte Martín: a cantarlo traducido sin subtítulos en catalán. Y con los tres mil años de su cultura gaditana, proclamó solemnemente en una versión libre para la radio de la gramática de Pompeu Fabra:

Chianti quand te nóm, ting un canari en la alcoba chianti quand te nóm. Mira si te nomaré que hasta el canari está afónic...

Y ahí Beni, con todo su saber de siglos, con su enorme respeto a la cultura catalana, en la que a los sones de «La Santa Espina» su Cristo viñero de la Misericordia se reflejaba en las aguas de la Caleta, en las que ponía su espuma el vaso de agua clara de Pemán; ahí, digo, Beni se rendía y entregaba la cuchara sin diccionario. Cortaba el cante y decía:

-¡Esto ni pega ni llega!

Tras lo cual, abriendo mucho sus ojos, grandes como bolas del mundo de la libertad, exclamaba sobre su propia obra: -¡Qué mamarracho!

Lo que quieren hacer los inquisidores de camisa negra de ERC con Mayte Martín no es un error de papelería, ni un error de floristería, ni un error de ferretería, ni un error de pastelería, ni un error de flamencología. Digo como mi maestro El Beni:

¡qué mamarracho!

    (Texto de A. Burgos)