Visitas

contador de visitas .

jueves, 25 de diciembre de 2014

Petronila



Cuando el proletariado en Rusia triunfa;
Y  en Argentina empieza su andadura
el primer noticiero radiofónico;
cuando se aprueba el voto femenino
por vez primera en USA,  y en la India
el pacifista Ghandi lucha en pro
de conseguir derechos para todos,
nace en Villar de Acero Petronila.

Mientras los años veinte -cambalache-
corren  hacia la crisis  cruel y bárbara
del veintinueve y Mussolini se hace
 con el poder fascista y Hitler funda
las SS y el partido nazi;
mientras se alumbra la primera tele
y en Nicaragua nace el sandinismo
y Primo de Rivera se encarama
a dictador y salvador de España
crece la vilarega Petronila.

Mientras abdica el rey Alfonso XIII
y se hace tricolor nuestra  Bandera,
y  en Alemania hay  caza de judíos
para gestar la raza superior
capaz de dominar el mundo entero
desde un gran tercer Riech omnipotente;
Mientras estalla  España en cruenta guerra
en Villar  Petronila se hace moza
buena moza por cierto ylaboriosa
siempre trabajadora y  familiar.

Mientras empieza la segunda guerra
mundial ganada por los aliados
mediante bomba atómica y América;
Mientras empieza a repartirse Europa
entre las dos potencias ganadoras
y se enzarzan en una guerra fría
-telón de acero y muro de Berlín,
la URS tambien posee ya la bomba-
y se funda el Estado de Israel,
en Villar nace una familia nueva
fundada por Delmiro y Petronila.

Mientras España hundida en el desastre
se cura  de la guerra fratricida
luego de luengos años de penurias
tampoco falto de ellas la pareja
alumbra  cinco vástagos que  honran
su vejez  hasta muerte natural
a esta pareja vilarega fiel
valiente y luchadora como pocas
siempre en Villar Delmiro y Petronila.

Delmiro nos dejó hace poco tiempo,
 su viuda  ha muerto ayer en Villafranca.
Mas  sigue en el recuerdo de los suyos
(de sus diez nietos y sus tres biznietos)
que la saben en el Descanso Eterno
y  ya  en  Paz:  vilarega Petronila. (22.XII.2014)

sábado, 20 de diciembre de 2014

Feliz Navidad y Año Nuevo sin crisis


 resaltar y abrir enlace con botón derecho
 http://youtu.be/sIjRW60Fqyc




Felices  Fiestas  y Año Nuevo sin crisis  

jueves, 18 de diciembre de 2014

Dialectos leoneses I - De Laciana a Galicia pasando por Villar de Acero

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             
LA MACHA




                                                                                          




Cuando muito semaban

Aiqui por estos pueblos

Chamábase-l.ly pan

Al granu de centenu

Ail.lí pol mes d’agostu

Si’l tempu  yera buenu,

Chamábase-l.ly pan

Al granu de centenu.

Venían los peirones

Siempres yeran gal.legos,

Ya segábanlu tou

Por mui pouco dineiru.

Tamién había xente

Mui probitacos el.los

Que nun tenian cuartos

Pa pagar los gal.legos.

Tenían que segalu

Nun tenían rumediu

Tardaban algo más

Pero dábanlu feitu.

La víspora la macha

Mieus padres con buen xeitu

Faían los bilortos

P’atar pacha ya cuelmu.

Ya tamién ese día

Mataban los cordeiros

Ou la igüecha ou la iguada

Ou l’andosca lo mesmo.

Xuntaban muita xente

Pa faela en poucu tiempu

Polo menos doce homes

Pa tirar de los piértigos.

Mucheres ya rapaces

Faían falta tous el.los

Ya agora cuntaréivos

Còmo empezaba aquel.lo

Faían unas medas

Redondas ya con xeitu

Pa que nun se mocharan

Si venía mal tiempu

Ya’l día de la macha

Soltaban los manochos

Ya con muitos d’aquel.los

Preparaban l’eirau

Pa ser machau por el.los

Seis homes a cada l. Láu

l.levantaban los piértigos

ya diban dando golpes

seguidos ya con tientu.

diban d’arriba a baxu

tous al mesmo tiempu

primeiro los d’un l.láu

los outros al momentu.

daban unos xostrazos

que sutrumían el suelu

ya dexaban la pacha

sin un granu no mediu

Entoncias las mucheres

Con aire desenvueltu

Ataban las manizas

Pa l.levar al parreiru

Cochíamos las manizas

Las nenas ya los nenos

Ya tamién brazadinos

De la pacha de cuelmu

Yera pacha escochida

La de faere los cuelmos

Ya con el.la teiraban

Los que tenían teitu

Trabachábase muito

Mucheres homes nenos

You l.levaba manizas

Conos outros pequenos

l.levábamoslas al hombru

ya entoncias pol pescuezu

entrábannos arestas

por toul nueso cuerpu

ya sudámos muitu

pero tous contentos

a ver quien las l.levaba

más prontu pal parreiru

al acabar la macha

cudoxos ya baleos

barrían bien el granu

ya a los carros con el.lo

los sacos bien ataos

los fuel.les ya tou eso

las sabanas con puisa

pa las pitas escochelu

Tous xuntos ya con fame

Dábamos a comer ceu

Las frebas de xamón

l.linguaniza ya queisu

tamién buenas fritadas

d’andosca ou de cordeiro

el vinu pola bota

¡cuántu prestaba aquel.lo!

Güey vívese bien

La xente tien dineiru

Yá nun se sema pan

Tous trigu comemos

¡ai quién me diera a mí

Tornar a aquel.los tiempos!

¡tener unos diez anos

Ya revivire aquel.lo!

Volvere a aquel.la vida

Ochu días porlo menos

Ya correre polas eras

Ya oyer sonar los piértigos

Ya pola nuesa macha

You conos outros nenos

Al hombru las manizas

l.levalas al parreiru

ya con toda la xente

comer tous contentos

de  manu la mia madre

fritada de cordeiru.




lunes, 1 de diciembre de 2014

Contos o pé do lume



ADAPTACIONES PERSONALES AL HABLA VILAREGA

indice
A ondiña do lago
A corza blanca
A Virgen da Zarza
O noso Señor dos Ancares do Bierzo
A Lagua Negra

LEYENDAS DE FILANDON

Al oscurecer, luego del trabajo diario en el campo, la mocedad y algunas "tías" mayores (no había tele ni radio ni tragaperras ni discotecas) se reunían en alguna de las espaciosas y acogedoras cocinas del pueblo, como la de Sagrario en el fondo del pueblo.

Hasta ya bien entrada la segunda mitad del siglo pasado, perduró la costumbre del filandón (que así se llamaba a estas reuniones) en las aldeas del Bierzo.

Allí, a la luz de los ganzos (tallos secos de urz, llamados en Villar "gabuzos") mientras algunas agitaban los botos mazando, otras le daban al huso hilando, otras y otros, entre trago y trago de la bota de vino que alguien siempre llevaba, contaban entretenidas leyendas de época.

Eran las clásicas usuales que siempre semiocultan alguna sabia moraleja y que servían para afirmarse en la identidad social del pueblo, propgnando la continuidad de los valores  (bien sí, mal no) que ayudaban a sostener en pie y en paz   a la sociedad milenaria y campesina, organizada sobre el eje de la familia tradicional y extensiva.

A las doce o la una se iba la gente a sus casas para acometer el trabajo diario al día siguiente. Pero a veces, los sábados y vísperas de Fiestas, llegaba el filandón hasta la aurora.

En cualquiera de los casos, ya con los niños durmiendo y las respetables matronas semi adormiladas sobre los escaños de roble ennegrecidos por el humo, algun/a joven abría subrepticiamente el cuarterón provocando con la repentina entrada de aire de fuera, el ansiado apagón de los ganzos . Y era cuando las partes blandas de las mozas soportaban los furtivos pellizcos y castas palpaciones más o menos consentidas pero, tengo para mí, siempre anheladas...

Finalmente a veces, cuando se oía lugar arriba el golpeteo desigual de galochas y zuecos, al retirarse cada mochuelo a su olivo, ya se veían sobre las tierras del alto Campano las primeras luces del día...

Esta serie que empieza trata de las leyendas contadas o que podían haberse contado en estos filandones. Adaptadas personalmente al habla vilarega.

La serie está abierta, como todo el blog, a las colaboraciones de quién recuerde leyendas y quiera plasmarlas aquí.

Y enceto  con

A ONDIÑA DO LAGO

Cúntase que os guerreiros celtas, antes de meterse no peor da batalla, facían os sous ritos de guerra, xunto o Teixo sagrado dos albiones, pra que o Gran Esprito lles dése ayuda e coraxe.

Na guerra cos romanos, Medonio, dirixente dos astures, morreu queimado polo rayo co collera unha noite de tormenta no pico do Mirandelo de Burbia, cuando taba mandando cortar madeira de teixo pra refacé-la Ponte den Baixo.

E foi por eso que fundíranse todas as suas alhaxas de oro, derramándose por todos os regos da zona que iban morrer onde o Burbia sagrado .

O xeneral romano Caticio, que quería conquistá-la comarca do Bierzo, enamorouse da filla do Medonio, de nome Bertina. Era o mismo Caticio que xurara poder doblegar os astures . E pasou que unha noite Bertina, seguindo os consellos do padre, escapa  polo monte de Penoselo e tópase co Caticio, quen lle cunta a mentira de que os romanos firmaran de parar de alearse e vivir deilí pra diantre en paz cos nativos da zona .

Deste xeito consigue manter unha relación  amorosas ca moza, mais cuando ésta volve atopa o pueblo esclavizado polos romanos, que mal pecado lles facían as mil e unha e os mataban de fame e de traballo nas minas de oro das Fócaras e inda o peor, nas mairandes da Leitosa.

Vindo o engaño Bertina, doulle por chorar, e chorou tanto que as lágrimas dos sous ollos eran como fontes que manaban sin parar. Formouse un lago que cubríu todo o Bierzo e o corpo da moza foi arrastrado polas augas , convirtíndose na xana Carumea. Os outros nativos subiron pras Alzadas e salváronse nos picos dos montes

Cuando os astures o mando dos romanos desfixeron o monte pra desauga-lo lago polo Monte Furado, e poder colle-lo oro da zona, quedou unha pequena lagúa en Carucedo onde as xentes inda vein, nas noites de lúa de Junio polo San Juan, a xana Carumea peinando aqueles rizos  de oro que prendaran o xeneral que despois fora tan falso con ela.



A CORZA BLANCA

Fará cerca de oitocentos anos que vivía en Balboa un fidalgo de nome Donisio, que fora de muta axuda pro rey nas guerras dos moros. E por eso o rey déralle o señorío dun castelo e unhas terras no Bierzo e Ancares. Tiña tamén unha casa de vrau en Canteixeira e desde eilí, acostumaba sair a cazar cos criados polos montes da Serra de Vilar e dos Cervantes de Lugo.

Aconteceu unha vez que tando cazando corzos cos sous palafreneiros polos altos de Barantés, sentíndose cansados paráronse nun campizo cheo de papoulas marelas, escutiando o dulce remor da auga da fonte onde nace un regato, o que logo de feito arroyo vai dar o que baixa brincando desde a Serra de Vilar e que xuntos fain mairande o riu de Teixeira aló enbaixo pola Pontiga, cerca de Peliscos.

O rato de tar tranquilamente eilí sintiron unha choca e logo un rebaño de gado co pastor que resultou ser o Chisco do Castro  de Vilar. Taba con eles a filla única do señor do feudo, que chamábase Regina e a quen gustaballe o monte. Era tan blanca e ben feita como unha azucena e tiña todo o encanto dunha fada de conto. O sou pelo do color do centeno. Negras as cellas e negros os ollos, pescozo ben feito e direito, dous peitos rebeldes e firmes e unha cinturiña de vespa. Pernas esbeltas e pés pequeniños que deixaban no monte pisadas de nina...

Taba o pastor algo encollido diantre do señor e da filla quenes querendo pasá-lo rato pidíronlle que lles cuntara algúa cousa curiosa que lle pasara  por aqueles montes.

Miroulles o Chisco con aqueles ollos pequenos e desconfiados, rascouse a cabeza e quitouse as greñas que lle tapaban a testa e decidiuse, dispois de muto facerse de rogar de todos, a falar deste xeito:

-Esta mañá de ben cedo antes de ser día saía eu  da cabana da Serra, onde durmo mutas veces por non baixar a Vilar nas noites de lobos

Parouse e fíxolle un silbo o perro pra que xuntase as reses que taban loureando, rascouse outra vez a cabeza e volveu a falar:

- Cuando o clarexar o día trouxe o rebaño a beber nesta caborca, sobre un cento de metros abaixo de onde tamos ahora , nunha poza sin Sol porque o tapan as abrairas e humeiros, atopei entre o rastro dos corzos unhas pisadas pequenas, dunha media cuarta das miñas, como de pes dunha nina de non mais de sete anos.

O decir esto, mirou pros pés da Regina, e fíxolo tamen Don Donisio e os monteiros que trouxera con él. Mais a atractiva Regina aprestouse a escondélos no vero momento e dixo enseguida que os pes dela nun era certo que foran pequenos...

- A noite - siguiu o pastor-volvín e escondíme nun sitio do rego por onde eu sabía que cruzaban os corzos, e cuando taba quedando medio adormilado, sentín que os ramallos movíanse detrás de min. Erguínme a modín e cada vez mais cerca sentín risas e cantos de tres ou cuatro voces como de mozas, do xeito co fain cuando volven da fonte dos Entralgos cos baldes da roupa na cabeza pra casa.

Acercáronse tanto que o parecer me viron e sentin una voz de muller que decía :-¡por eiqui compañeiras que eilí ta escondido o tolo do Chisco!-

Ríronse de gana todos un momento, a que máis a Regina, mais o zagal continuou:

-Peguei un brinco pra velas millor e de repente vin unha corza blanca que saíu dentre as matas e a saltos fuxíu polo monte, seguida dunha tropa de corzas do color natural das corzas de eiqui. E por contas de bramar ríanse entre elas como o fain as mulleres.

Eiquí xa puxéronse todos a rir sin parar. Mais por fin como viran que facíase tarde, déronlle o pastor un cacho de carne de xabarín e un trago de viño da bota. Dou as gracias o pastor e fouse co gado, mentras Don Donisio, a filla e os outros colleron os cabalos que taban pastando no souto cercano e seguiron ca sua partida de caza.

Entre os monteiros de Don Donisio taba Virginio fillo dun vello criado da familia e que tiña os mismos anos que Regina. O Señor queríalo como si fora fillo sou, e inda había quen remoraba que podería sér que o fora.  Este mozo tiña muto aprecio a Regina e taba sempre presto a facer cualquera cousa que a ela se lle antoxara. Taba namorado da Azucena Ancaresa,que así a chamaban todos no país , tan blanca e tan rubia que parecía que o Noso Señor fixérala de neve e de oro.

Mais alguis murmuraban que pudera ser  que fora de madre gitana, porque Don Donisio tamén fora rondando polas terras do Egipto e viñera deilí cunha nina pequena pra criala en Balboa. Mais pode que non pasen de faladurías, xa que quen podía sabelo de certo era o padre de Virginio que morrera xa facía anos. E que en vida non soltou prenda a nadie, nin siquera o sou fillo quen preguntáralle mutas veces con muto interés polo asunto da filla do amo.

Iba Virginio no cabalo cerca de Regina, pensando que pudera haber algo de certo no relato do pastor. E que si así fora, a Regina gustaríalle ter e manter no Castelo unha corza de color blanco, e que él podía cazala e darlla pra ela. Como o pensou, fíxolo. Quedou atrás, na volta pra casa, dos amos e monteiros, e tirou polo monte outra vez querendo atopa-lo pastor.

Nesto que entra no Castelo Virginio sudando e dicindo que era certo o da corza blanca, pois a viran máis pastores cos que acababa de falar no monte.

Como non o creían xurou pola virxen e todolos santos que antes de tres días colleríala viva o morta e daríalla en prenda a Regina.

Esto decindo, armou a sua ballesta, e poñéndola o lombo saíu de Balboa camín de Canteixeira e collendo un carreiro que o levou direito a Barantés. Cuando chegou a caborca a lúa taba alta e alumab a xa por enriba da Pena Rubia .
Virginio era un bon cazador. Agachouse xunto os salgueiros e fresnos veciños da rigueira, esperando ca ballesta na mau a chegada das corzas. Mais pouco a pouco vai cayendo nun atolondamento parecido o sono, e que facía que o pensamento se nublara e os ollos cansados e con sono xa viran borrosas as cousas. De repente despértase de todo o sentir un ruido de piornos e de voces delgadiñas que cantaban e falaban entre elas, como de mozas divirtíndose e que parecían decir :

-¡ven anadar debaixo da luz da lúa na poza das ninfas da Serra! -¡Ven a fungálo perfume das arandeiras escondidas na sombra da máxica noite! -¡Ven a gozar ca reina das Xanas nunha quente noitiña de vrau!

 Entonces pareceron as corzas brincando desde as matas e tiraron pra baixo, sempre rebincando, hasta parar na Poza da Pontiga. E sempre na diantreira e dirixindo, iba a blanca corciña. Virginio seguíulas e o chegar o Teso da Murteira colleu a ballesta entre os dentes, e foise arrastrando a modiño hasta parar nun sitio que quedaba a tiro da poza.

Asentouse ben cunha rodilla fincada na terra e xusto cuando iba a tirarlle a corza blanca desapareceron todas da sua vista. E no sou lugar viu unhas cuantas mulleres, que xugaban na auga desnudas de todo e que víndolles as tetas cos sous dazaoito anos fervíalle a sangre polas venas. Collíanse unhas a outras tirábanse auga na cara, amargullaban e saían de novo e facían as cousas que fain as mociñas desnudas cuando pensan que naide as vei. De repente no sou encantamento pareceulle que unha daquelas era a Regina.

 Era ela. Aquelos ollos morenos, aquel pescozo garboso, aquela cascada de oro que lle chegaba hasta os cuadrís ben feitiños e pola diantreira... aqueles peitos direitos e firmes acenando pro Cielo, aqueles peis pequeniños como dous cachos de neve sin derretir. Era ela. E cuando Regina saíu da auga oíronse as voces das outras que cantaban todas a unha :

Genios do aire, reyes do éter, vide con nos esta noite. - Silfos dos montes, vide montados nos vosos carros de roble e traede con vos mutas larvas das fontes e que chovan por nos como nubes de perlas. -Cocos das patacas, cocos  de luz vide con nos como enxame de espritos da noite . - Vide trasgos e sátiros, que quen os quere os espera e cobicia.

O pobre Virginio non pudo resistir mais e sacudíndose o encanto que o retiña pasmado mirando as mociñas, brincou e plantouse didiantre de todas. Rompeuse o embeleso e xa como corzas de novo as viu escapar en todas as direcciois brincando polas matas veciñas

Pero a corza blanca enredouse nas zarzas e quedáballe a tiro. Cuando tiña a ballesta tensada outra vez sentiuse chamar por Regina que díxolle:

-Virginio ¿que fais?

Quedou quieto Virginio e soltou a ballesta con medo de mancar a sua amada. Pero a corza aproveitou o momento pra librarse de todo das zarzas, e fuxiu como un rayo rindose dél.

Maldicindo volveu a colle-la ballesta e cunha maña indecible soltou a saeta de cara pro souto por onde fuxira a corciña. Sentíuse un berrido seguindo lacexos que pouquiño a pouco se foron morrendo

-¡Ay Dios que a matei, perdido de min!
E vota a correr como louco chegando por fin onde ben parecía que caiera a saeta. Mais non viu ningun corpo de muller nin de corza. Cuando xa de mañá entra no castelo de Balboa, e viu que non taba a Regina, sube as escaleiras da torre todo desesperado, querendo tirarse pola alta ventá enbaixo.

Mais no mismo momento do brinco, sinte co agarra unha mau por detrás. Vólvese e eilí taba a mau sin o corpo de Regina, chea de sangre mais inda ca sortixa que en prenda primeira o día da festa lle dera



A VIRGEN DA ZARZA

Por España, desde el tiempo de los romanos en que se cree que el apostol Santiago llegó a Occidente para cristianizarlo, circulan leyendas destinadas a reconvertir los cultos paganos indígenas y sus lugares de ofrendas, situados en puntos concretos de montes , valles y fuentes.

Tambien Ancares, con motivo del paso del Camino de Santiago, es tierra de arraigo de esas leyendas. He aquí una que muy bien podría ser el origen de alguna de las ermitas e iglesias actuales de los pueblos de la cuenca del Burbia.


Fai mutos centos de anos que un pastor dunha alzada dos ancares do Bierzo, saíu cedo o monte co rebaño de cabras do amo. Iba buscando as campas nos mellores paraxes pra fartar as cabras, cuando no carreiro da Fonsagrada viu nun beirón por debaixo da fonte, unha talla de pradairo, ca cara da Virxe e o nino no regazo.

Colleula dentre as zarzas, e meteula no morral e cuando chegou a sua casa quixo enseña-la talla o amo mais o morral taba valeiro de todo. O amo intrigado fixo que o pastor o levara o zarzal onde a vira e onde a collera. Cuando chegaron eilí taba como antes a talla da Virxen e o nino, no mismo sitio de antes.

Quixo collega e levala outra vez, mais por muto esforzo que fixo non pudo sacala das zarzas.

Consultaron o caso co cura do lugar, quen non dudou en crer no milagro e dixo que a Virxen quería que se fixera una ermita naquel mismo sitio, pra que a xente subira no vrau a rendirlle dulía e facerlle unha festa. Fixeron a ermita e desde entonces dedícase o nino a facer mutos milagros pra xente que a visita e que llo pida con fe.

E por eso que se ofrecen a ela, xentes de toda a comarca e que suben de todolos sitios, mutas veces descalzos, hasta a ermita da Virxen da Zarza.



 O POBRE FORASTEIRO

O NOSO SEÑOR NOS ANCARES DO BIERZO

Fai muto tempo que houbo un poblado de xentes extrañas e riñas no que o presente tan as terras de Lentellais e os prados das Moas. Aquela xente non era nin con muto tan acollidora como foron despois e inda son as xentes do presente en Vilar.

Cúntase que un home que dicía que era o amo das Augas, do Tempo e do Lume, chegou o pueblo, de paso pros Ancares galegos, medio morto de fame unha fría tarde de Xaneiro. Comenzou a nevar e pidiu pasá-la noite o subeiro nalgua casa de pedras e palla. Mais naide dos que mais tiñan quixo acollélo.

Namais o tiu Simenón que vivía ca sua muller e unha filla noviña, que chamábana Sara, no que naquel tempo era o Pico do Lugar, atendeulo, deixoulle quentarse no escano o pé do lume, e doulle unha copa de oruxo de arandos e un cacho de freba de corzo con pan. Logo deixáronlle un par de banizas de palla pra que durmira no quente da corte cos bois e cos porcos.

O día siguente de mañá dou as gracias o home e, sin querer abusar dos poucos recursos desa boa familia co acollera no día de oite, marchou o lugar abaixo pidindo un mantelo  e algo de queixo pra seguí-lo viaxe.

En contas de axudá-lo, acantázano e azuzan os perros que rompenlle as roupas e cuando xa parecía que iba morrer cas dentelladas dos cais sálvase atravesando as xeadas augas do riu que abriron camín a unha seña súa, zarrándose logo de forma que os perros non puderon persegui-lo porque quedaron atrapados debaixo das augas xeadas. Xa cuando se viu a salvo dos cais, que morreran afogados,sube o camín da Veiguiliña e poise a descansar un pouquin na fonte do Rodo.

Eilí bebe auga e repoise e collendo todo o aire que pudo soltoulo de golpe dun soplo, que transfórmase en lume.


Quedou todo o pueblo envolto nunha nubre de fumo. E prenden as flamas na palla das casas, nos palleiros e hórreos, queimándose todo menos a casa do tiu Simenón. Faise noite e durme debaixo de unhos fulgueiros o quente dun lume que fixo o pe dos rebolos do Rodo, e a mañá baixa, a entrada do pueblo queimado, aquel home que entoite non atopara nos outros ningua compasión. E de novo lles dice que él era o amo do Tempo, das Augas e do Lume.

Algén dixo que debía de se-lo Bautista ou o mismísimo Cristo e por eso que as xentes ben cheas de medo arrodíllanse e lle píden clemencia.

O home dixo que pra perdonarlles, tiñan que sacrificar cada día durante unha semana, unha moza que fora inda virxen, escolléndoa a sortes e afogándoa na poza do Inferno cunha pedra atada o pescozo

Tocoulle de ser a primeira en morrer a Sariña do Pico do Lugar. Mais vindo os choros da familia que o acollera na noite primeira que chegara o poblado, perdonoulos a todos mais mandándolles vivir sempre vagando polo mundo.

Solo quedou a familia do Tiu Simenon.

Deili a pouco chegaron outras xentes pacíficas e traballadoras que levándose ben ca familia que quedara refixeron todos xuntos un pueblo algo mais arriba entre os rius de Porcarizas e de Teixeira. Chamarono Vilar e, enterados polo tiu Simenón da historia do Cristo , sempre foi un dos pueblos da zona que mellor acolleron as xentes forasteiras que chegaban ou que pasaban polo pueblo.

A LAGUA NEGRA
Cuntan que praló da Cabreira, cerca das terras do Portugal, fai muto tempo que vivía un labrego da familia dos Alba González, unha das mais ricas da zona. E que tiña mutas terras de regadiu e tamén no secano.

Da sua madre tocáranlle tamen castañeiros, colmeas , reses e cabras, e todo o que facía falta pra vida no campo. E mais, que gustaballe o traballo de modo que aumentou inda mais o sou capital. E como é natural tamen dou en pensar en aparellarse.

Había por eilí una mociña muy feita ca que casouse un día, facendo un banquete de boda con gaiteiros e toda clase de festas como non se viran nunca no pueblo nin na comarca.

Logo tuveron tres fillos seguidos e cuando xa taban grandiños , doulles o padre xa vello, pra que o traballaran, as terras de regadiu ca parella de bois o mairande que chamabase Pedro; As colmeas e castañeiros o mediano que chamábase Juan.; E os rebaños o pequeno, que era o mais querido do padre, e chamabase Angel.

Angel, parecíase o padre no traballo, mais non se levaba ben cos irmaus que tiñanlle envidia, así que un día dixo que marchaba corré-lo mundo e embarcouse de mariñeiro un día , sin que os choros da madre puderan retené-lo con eles.

Quedou pois a familia cos dos fillos que non tardaron en casarse. E vivían todos na casa dos padres que era das mairandes e ricas do pueblo.

A madre non se levaba ben cas noras pois éstas saíran muy riñas e non axudaban en nada. E pouco a pouco a folga délas pegouse tamen os irmaus que non pensaban mais que nas hijuelas que lles tocarían cuando o vello morrera.

A cobicia do demo foi crecendo crecendo nos irmaus, hasta que un día que o vello taba dormitando o pé da fonte dun prado de lameira que tiñan, pégalle Juan na cabeza ca couce do machado e o Pedro ó arrastra hasta o pozo afogándolo nél, de forma que o padre xa non despertou ou si o fixo fou xa no outro mundo.

Lévano entre os dous arrastras, e cuando xegan a Lagua Negra (oxe o lago de Sanabria) (chámana así porque non se veía nunca o fondo) átanlle un penasco o pescozo e tiran o corpo sin vida do padre nas augas oscuras e fondas.

Volven pra casa e xa entre os cuatro, matan a viuda a disgustos, de modo que parten a facenda entre os dous. E como o padre tiña cuartos  aforrados viviron muy ben con muy pouco traballo unhos anos.

Mais si se gasta e non se traballa logo chegan as ruinas, de modo que as terras deixadas non daban patacas, nin centeno nin nabos; os castañeiros non se podaban e as castañas perdíanse por no recolle-las; enfermaron as cabras, as abellas marcharon e todo lles viña ó revés.

Empobrecéronse tanto que casi non tiñan que comer nin beber. E un día de inverno, no medio da noite de lobos e neve, tando na cociña quentándose o lume da leña que os veciños lles deixaran coller, sinten que chaman a porta
-¿Quen é- dixo o Juan.
-Soio Angel- responde o irmau desde fora .
Abren con medo no corpo e mentras se quenta no escano cúntanlle a morte dos padres e cómo viñeran a dar na mairande pobreza . Entristecéuse o Angel quen pola sua parte lles dice que nas Américas había podido facerse muy rico e que tiña a intención de volver a vivir onde todos naceran. Que non viña pola sua partija mais que si querían vender lles compraba unha parte do sou capital. Cunta que quería axudarlles pois tiña unha ialma de...Angel.

Eles viron o remedio inmediato e vendéronlle unha parte das terras secanas, que o Angel traballou tan ben que prosperaron tanto como os irmaus empobrecíanse de novo, pois perderan o hábito do duro traballo.

Deste xeito foron vendéndolle todo, de forma que xa non querendo vivir da limosna do irmau e tando desesperados collen o camín da fonte do prado e iban sentindo o retumbo da copla que corría por todolos pueblos veciños:

-O Alba González non tá baixo terra ningua , que ta baixo a auga da Negra Lagua

Non podendo resistir mais e pesándolles tanto as culpas do parricidio, chegaron o borde da Lagua e, cada un ca sua pedra atada o pescozo, tiráronse a auga e pronto amargullan pro fondo.

O Angel casouse a sua vez, e colleu as cuñadas como criadas primeiro e despois como niñeiras da tropa de fillos que seguiron a saga paterna do Alba González.

E co tempo que todo o consume, partiuse xa podre o cordel do padre afogado, e un día que o Angel pescaba no Lago, atópase o corpo do padre.

Non cabía no pueblo a xente que veu o enterro do Alba González que descansa por fin na terra bendita xunto a todolos sous.







A truita blanca.

Fai muto muto tempo que cerca da Serra de Vilar vivía unha rapaza muy feitiña e que mantiña relacióis cun bardo fillo dun poderoso druida . Nun chegou a casar pois o mozo colléronlo unhos crimináis e cimbráronlo desde O Teso da Morteira con tanta raza que chegou o corpo do bardo hasta a Poza da Pontiga, onde afondou e quedou morto naquelas frías augas.

Enterouse a mociña e foi tanta a pena que lle entrou pola perda do sou mozo que volveuse louca e nun facía outra cousa que chorar e chorar sin que naide podera darlle consuelo ni remedio pro sou dolo. Un día perdeuse polo monte sin deixar rastro e a xente pensou que a levaran os trasgos de Peliscos con eles.

Pouco despois, fui víndose na poza e polo riu de Teixeira cerca da Ponte do Pico do Lugar, unha truita toda de color blanco. Iba polo riu abaixo e alguis cuntan que a viran chegar hasta o arroyo de Valourio onde vironla facer un rodelo deses que poinse as mulleres na cabeza pra traer os caldeiros ca roupa lavada do riu. De primeiras facía raro as xentes ver una truita blanca, mais de tanto vela riu arriba e riu abaixo , que acabaron afacéndose a ela, e o pouco tempo xa nun les facía novedad ningua.

Pasaron anos e anos e xa nin os mais vellos recordaban cuando fora a primeira vez que viran a truita blanca que alguis creían que era unha Xana das augas da Serra.

Hasta que un día chegaron uns homes militares muy brutos e sinvergüenzas. Cuando se diron conta de que había polo riu unha truita blanca foron por ela a pescala e ca intención de comela naquel mismo día na cena.

Armaron a nasa no riu, cerca da Rigueira do Ucedo aquela misma mañá e pola tarde antes de facerse noite foron por ela. Eili mismo fixeron lume aguzaron un pau de fresno , puxeron a truita na punta e comenzaron a asala. De repente escuitaron un berro como si fora a queixa de unha persona dolorida. Logo do susto primeiro, seguiron dando voltas a truita no lume mais ésta non parecía fritirse.

O militar mais animal, colleu a bayoneta e clavóulla cerca das agallas da truita por ver cómo taba por dentro. Taba cruda de todo, mais a truita dou un berro e un brinco e eilí mismo na terra do prado apareceu una moza muy feita toda vestida de blanco, cun rodelo todo de oro no pelo, e que berroulle o soldado:

-¡Mira que me fixeche animal!

o tempo que lle enseña un brazo todo rojo de sangre.

-¿Costábate tanto deixarme fresca no riu onde me atrapache?¿Cómo no pensache que eu eili na auga taba cumplindo un traballo?

Colleu medo o soldado e disculpouse pa que non o matara, como xa taba rumiando que faría a moza.

-Non sabía que tuveras facendo cousa de importancia ¡ Perdona logo!

- Pois mira sí. -Respondeulle a rapaza- Si o meu home chega tando eu fora da auga, eu fago que te volvas pez perseguido por sempre por min.

Cuando sentiu esto, o militar agáchase os pes da rapaza, pídelle perdón, dícelle que lle pesa e que si soubera a cousa, a houbera deixado nas augas de onde a collera. Entonces a moza eilí mismo volveu a facerse truita blanca. O soldado colleu unha cazola con auga limpa, meteu dentro a truita e deixóula no riu xunto o Muïn de Santiago. A truita nadou riu arriba deixando un rastro de sangre hasta chegar outra vez a Poza da Pontiga, onde desde entonces viuse por muto tempo brincar a truita cunha seña roja no lombo, xusto onde lle fixera o corte ca bayoneta o botarate do militar.



O quincalleiro que ganóulle a mau o Demo

Fai mutos anos, onde hoxe ta Vilar , que vivía un quincalleiro pobre, que andaba por todo Ancares collendo quincalla pra logo amañala e cambeala por outras cousas.

Chamabanlle Berto e tiña unha casa nas Moas con horto diantre. No horto un bon caroceiro que era o que mais quería logo da sua muller. Cuando saía polo traballo mandáballe a ela que tuvera os ollos ben postos en todo.
Un día que taba lonxe polo camín do Crespo, Berto viu un home que viña cara él e cuando pasaba doulle os bois días. Gustoulle o home o xeito de Berto e dixolle que lle daba o que lle pedira:

-Douche tres cousas que me pidas.

Berto extrañouse muto, mais logo de rascarse a cabeza dixolle:

-Teño na miña casa solo un escano vello pra sentarnos. Cuando vein a verme sentanse nél ye eu teño que quedar direito todo o tempo. Quero que quen se sente quédese enganchado no escano ye  enganchado nas lousas do suelo, ye que non poda levantarse hasta que eu queira.-
Dixo o quincalleiro.

Extrañouse muto ahora o home a quen lle parecía unha tolada que non serviría pa nada . Mais escasí dixo que llo daba, e que pidera a segunda cousa. Rascouse outra vez a testa o Berto e logo dixo:

-Teño no horto un caroceiro ye nun quero que me rouben as carozas, logo quero que quen colla unha quede enganchado a ela ye a rama ye nun se solte hasta que eu llo mande.

Sintindo esto convenceuse o home que Berto era tolo de todo, mais doulle tamén esto que lle pidira, e preguntoulle pola terceira cousa, que pensaba que fora algo mais proveitoso pra él e pra sua familia.
Rascouse as orellas o Berto ca zurda mentras pasaba a direita pola barba e logo falou desta manera:

-A miña muller ten un saco onde mete as sobras da lá. Mais sempre róubana os guajes e poinse a xugar o balón con ela. Asi que quero que todo o que se meta no saco non poda saír hasta que eu llo mande.

-Ta ben- dixo o home- Non me parece que te sirvan esas cousas muto, pero tú saberás si pidiche ben. Eu douchas, como che dixe.

Despediuse o home meneando a cabeza e o Berto volveu pra casa tan contento e pobre como antes. Pasou tempo e tempo mais un día que Berto taba tirado na cama enfermo e sin saber qué facer pa non ter que depender da limosna dos viciños, presentouse na casa un forasteiro alto e ben vestido que vindo que eran pobres e tiñan fame díxolle a Berto:

-Quero facer algo por ti, mais cunha condición. Fágoche rico si logo de pasar 7 anos veis conmigo a miña casa.

-E logo quén eres tú.-Preguntou o Berto.

- ¿Non o adivinas?. Eu soyo o Demo.

Persignouse a muller do Berto, morta de medo, mais éste falou neste xeito:

- Non me importa . Ta ben. Tou conforme co trato.

Marchou o Demo e o Berto fíxose home rico. Deixou a quincalla e fartáronse de comida. O cabo olvidáronse do Demo e do trato, mais o darreiro día do darreiro ano, sentiron chamar a porta e pareceu o Demo

-Xa pasou o tempo -dixo. Eu cumplín o que dixe ye tu teis que cumplir ca tua parte. Ven conmigo.
-Muy xusto, vou despedirme da muller ye volvo. Séntese no escano un pouquiño.

Sentóuse o Demo, e cuando volveu o Berto, quixo o Demo poñerse de pé e non pudo. Berrou e berrou pero como vía que era imposible erguirse dixo por fin:

-Douche o doble do que che din ye a mais 14 anos de vida si me deixas marchar.

-Muy ben-díxolle o Berto. Erguete ye marcha.
Marchou o Demo a toda mecha mais os anos pasaron e volveu o Demo no tempo tratado dicindo:

-Non me fagas mais trampas, veña vamos xa.
- Si, si, xa vou.

Atravesaron polo horto e dixo o Berto que gustaríalle levar carozas pro viaxe .

-Tu que eres máis alto cólleas ye iremos comendo de paso.-falou o quincalleiro.

O Demo brincou pra coller a primeira caroza mais quedou enganxado amolegándose sin poder baixar o suelo. Berrou e berrou hasta que toda a xente do pueblo enteróuse do caso.

-Si me baixas fágoche o triple de rico ye douche 21 anos de vida máis- dixo o Demo
-Tou conforme. Marcha-díxolle o quincalleiro.

Escapou o Demo cagándose en Dios e na Virxen ye o quincalleiro siguiu ca sua bona vida.
Os 21 anos taba de novo o Demo de volta.
- Veña Berto, vamos que no Inferno vas pagarme todas as tarascadas que me fixeche.
- Vou darlle un bico de despedida a muller ye vamos. Volve o Berto co saco da lá na mau e sin falar palabra puxéronse en camín.

- Cuando eu era noviño tiña muta maña ye podía entrar ye sair do saco mutas veces no día. Ahora souche vello ye nun podo.-dixo o Berto

Paróuse o Demo e dixo que nun facía falta ser novo ni listo pra facer eso. E colle e se mete no saco. O quincalleiro zarra o saco carga con él o lombo e vai zimbralo no beirón do castro. O outro día a mañá vai polo saco, e tíralle cantos, clávalle aguilladas e forquitas, pásalle co carro por riba e outras tarascadas máis.

E cuando o Demo pidiu que o deixara sacóulle cuatro veces máis de diñeiro e vinta oito anos máis de vida, e o mais importante, sacóulle a palabra de Demo de que non volvería por él nunca. O Berto dispois deixou sair o Demo, que taba torto e magullado, e que marchou voando como ánima en pena.

O quincalleiro volveu pra sua casa, onde tiña xa de todo e taba libre do Demo. Fíxose vello e morreu un día. Chega as portas do San Pedro que non o quixo e mandóulle ir co outro co mantuvo. Vai logo as portas do Cancerbeiro e éste pregúntalle a ver quén é.

Cuando dixo quen era, síntese o vozarrón do Demo: -¡Nun lle deixéis entrar que nos vai matar a todos!

Así que o quincalleiro vai perdido polo mundo e terá que facelo hasta o Día Final. E hay veces que inda véinlo vagar polas campas da Serra e polas Penas da Torga. E a xente asústase muto cuando o atopan de noite.

O GENIO DA LIBERTAD

Fai muto tempo que nas terras dos frius montes de Ancares , onde os nublados envolven a xente , vivía un guerreiro co pelo color como o oro, e pelica blanca como a neve no inverno, corpo axeitado nin alto nin baixo. Chamábase Itug e andaba cunha espada no cinto e unha gaita no lombo. E cuando con ela tocaba a defensa, todos os homes poñíanse en pé tal si foran guiados a morte mais noble: a que os levaba a Grande Verdad.

No Chao Cimeiro había grandes fogatas prendidas e a xente do pueblo quentábase e  bailaba o redor. Era a Festa da Lugnasad . Itug desde lonxe miraba na noite esos lumes, esa festa ofrecida pros Astros e a Terra. Os druidas sentados o lado da xente non falaban e taban serenos. Eles eran os guías de todalas tribus do Castro.

Os bardos tocaban muiñeiras facendo co aire vibrara nas ramas dos altos pradairos.
Había iu-hu-hus galaicos e astures e a sidra corría, e xuntábanse todos nun músico grupo.

Itug o guerreiro recordaba o tempo en que él e a sua moza bailaban nas danzas dos ritos da Sega, das Sementeiras, da Terra e dos Solsticios de vrau. E ahora taba solitario polo gusto, mais sabía que taba no camín da Santa Libertad logo de luitar contra os forasteiros invasores que pregaban nos templos de pedra e vivían nas costumbres paganas e nos falsos formalismos hipócritas.. Mais esa luita levaría a sua xente polo medio dos vellos negrillos hasta un despertar cunha nova e magnífica alba do mundo na paz e irmandad.

A Itug lle costaba de crer que os señores de pra aló dos altos montes pregaban a dioses feitos por eles en casas de mármol en contas de facelo nos montes, no castro, nos rius, ou nas fontes, que son os templos da paz sin fronteiras onde o guerreiro fidel é levado as rodeiras dos luceiros no Cielo nas noites claras desde o medio do corro de pedras.

O sabido maiestro Aibrub, o Gran Druida, un vello guerreiro, enseñóulle o respeto por toda las vidas, inda as das herbas pequenas, e a seguir sempre e con todas as cousas o que enseña a Natura. E si había que coller algua cousa da misma, debía volverllo aunque de outra manera o sou peito materno.

Mais non creian así aqueles homes de praló dos altos montes, quenes non respetaban nin rebolos nin chopos, e facían grandísimos templos e luxosos palacios pros sous reis e sous papas.
Así nunca poderán achegar o mundo verde e verdadeiro onde tá o principio de todas as formas, pois o sagrado elixir namais brota no fondo do comulgo con todo ser vivo.

Itug sentíu un ruido que lle recordou outro tempo en que houbo luita fera e cruenta, cuando a sua muller facía frente os que invadiran o Castro. El taba no monte e cuando baixou víraa xa moribunda no prado das Moas.
Os cascos dos asturcones resoaban arimándose o castro e viuse relampaguea-la espada de Itug o lume das fugueiras e soubo que xa lle chegara a sua quenda. Os druidas levantáronse chamando polas forzas do vento, dos teixos , das encinas ,dos negrillos, dos castañeiros, dos robles...Todos os homes foron a unha a chamada dos druidas e cas suas cuirazas de ferro forradas con pel de becerro saíron pra Pena Alta, facendo chocá-las espadas, as fouces, os mazos, os machados e as rodelas de ferro.

E o Genio da guerra entrou neles o sentir o tocar dos tambores e as gaitas retumbando nas paredes dos montes camposos e das escaleiriñas do Cielo, e chamando desde enriba a luitar pola Libertad hasta ter dulce morte.
Taban xa no peor da batalla e sentiron que non había rencor nin instinto de dominio nin morte. A voz imperiosa da terra xamaba pola volta de algúis. As espadas baixaban como rayos e cunha forza que espantou os riños invasores. Acabouse a luita. As lexiois forasteiras sentiron todala raza do poder do Esprito de Lugh . E fuxiron a escape polo valle do Burbia sin parar hasta pasados os vados do Sil.

Cuando o Sol do novo día alumaba xa cedo na mañá, oiuse un canto que foi facéndose grande ca xente que se xuntaba no corro. Non cantaban a Vitoria nin os mortos de mutos nas valiñas e ucedos por onde fora a refrega.
Cantaban por haber conseguido manter os sous homes e montes no Conocemento verdadeiro e na Libertad sagrada. Ofreceron a Vitoria as pedras do Castro, o Encinal, os paxaros da Valiña, as terras do Noguedo, as nogais dos Entralgos, os cireixos da costa, as augas da Lameira, a todo o que mantiña nos sous peitos nobles as forzas da Terra e que guiaban polo camín verdadeiro dos Druidas.

Cantando baixaron hasta mais aló dos prados do Pedragalón levando o lombo os que cayeran. Fixéronlles a despedida e pousaron os sous corpos no Burbia sagrado pois así volvíanllos a Terra en forma de pedriñas de orro. E sabían que o sou recordo duraría por sempre como perduran aquelas musicais augas eternas E todolo pueblo xuntouse esa noite o redor do lume, dunha gran fogueira e, dentro dun corro de pedras gigantes, fixeron as honras os guerreiros que tarán xa por sempre no recordo das tribus .

Itug, o bardo guerreiro taba direito no medio de todos.
Eilí entre os sous irmaus, xentes sin medo nin ataduras, debaixo dun Cielo de lueceiros, o Genio dos celtas apodérase dél.

Itug colleu a gaita e mentras dela saían as notas divinas cantou:

De muy lonxe veo traindo conmigo

Todo o que foi
Antes do primeiro alento.
Como o vento no medio do monte
Atopei cama e comida.

Eilí mismo a Noite
fíxome o sou millor querido
Pois nin siquera a sombra mais negra
pode tapar os máximos secretos.

Soyo o mazo que escacha o aceiro das fortes cadeas,
Soyo a cacha sagrada
Que invoca o fumeiro que brota do lume.
Soyo a mau do guerreiro,soyo o alto invisible
desde onde abalánzase a aiga
a conquista-lo cielo

Soiche Lugh, a inspiración mairande
e quen en mi se perde
atopa o Universo

viernes, 28 de noviembre de 2014

Mineros del Bierzo


Mineros  del Bierzo en los años de hierro

"Todos tenemos ese pasado, aunque no seamos de la Cuenca (Minera)",

 Una frase certera sacada de REMINE.

En sentido estricto, la película y el movimiento no tratan de Villar de Acero tema central del grupo. Pero la huella de las minas de Fabero-Lillo-Tremor etc todavía pueden seguirse hoy en vilaregos de aquellos tiempos que mal que bien  resistieron a la mortal silicosis.
Eran tiempos de héroes, sin paro oficial, todo el mundo tenía empleo  (fuero del trabajo y de los españoles) mal pagado eso sí   y algunos hasta dos :  La mina diaria y el campo de los fines de semana y fiestas de guardar .

*Bernardino epd el hermano de Benita y Caburana tenía una bicicleta de minero. De hierro acompasada a los tiempos y con ella y el candil de carburo enganchado al hombro y la linterna de bolsillo, en compañía de otros vilaregos como él, salían de noche  los lunes camino de Fabero. Unos ratos en bici, otros, en las cuestas andando. Llegaban al alba a la bocamina, justo  a la hora de entrar a las galerías. Pasaban la semana laboral de pensión y el viernes bicicleta y al pueblo. Allí en épocas de trabajo echaban una mano a la familia, a la que incluso dejaban algunas perras.

⦁    Y así semana tras semana, mes tras mes, año tras año. Bastante...demasiado a menudo algún accidente mortal y una familia de luto. Las condiciones de seguridad eran precarias para todos.  España  pobre y esquilmada de posguerra, con justo el sueldo para la reproducción de la clase  y la salida...allí estaba siempre la mina.

⦁    Hoy la vida es de otra manera, hay estado de bienestar incluso para los mineros de nueva hornada, pero de vez en cuando se producen crisis provocadas por el sistema que sin embargo en mi opinión sigue siendo el menos malo, pero que repercute más cruentamente en las clases trabajadores, mineros en especial.

⦁    El carbón de la cuenca minera dela zona noroeste pende de un hilo. Estamos en Europa y la política económica capitalista (máximo rendimiento - calidad coste) si bien asegura bienestar razonable a una mayoría, condena a las zonas no tan rentables a la ruina con los correspondientes costes sociales  indeseables  y de ahí las justas protestas. El sistema debería prever planes B Industrias rentables) para estas zonas y en algunos países no lo hace debido entre otras causas a la incertidumbre e inestabilidad política.

⦁    Sólo cabe esperar que algún gobierno milagroso coja el toro por los cuernos y nos saque de este impass peligroso en el que nos han metido.

* Bernardino, hermano de Benita y de Lorenzo "Caburana", me prestó su bicicleta para ir a Villabuena. Se la devolví casi inservible. Es un pecado que ya no puedo redimir por desgracia.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

El niño perdido y hallado en ... Villar



Cuando pequeño yo era muy traste. No era malo no, pero hacía maldades. No había día que no "recibiera" de mi madre algún "cariño" nada grave, ya se sabe cómo son los castigos de una madre.

Lo más grave que me hizo fué darme con el gancho de la cocina económica en la frente donde conservo la marca. Una marca perpetua que le agradezco pues al mirarme en el espejo me acuerdo cariñosamente de ella. Eran tiempos de cierta penuria para casi todos en Vega de Espinareda y su lucha conmigo al final dió algún fruto pasable. Y era difícil.

 Yo en los recreos y siempre que podía escabullirme de casa o de la sastrería, me reunía con la pandilla para jugar al futbol: En el pradón, en la plaza , en la carretera de piedras, en cualquier explanada, lloviera o hiciera sol. Era un vicio...El caso es que las zapatillas no me duraban dos días. Y no resultaban  baratas por aquel entonces. Hablo hasta mis  11  años...


Por Villar las madres te mandaban  a que te comieran  los lobos y a que los "rayos te partan" y otras lindezas, que por supuesto no salen del corazón. Era un desahogo compensatorio.
Pues bien una vez, no tendría aún  9 años, con las zapatillas rotas y encharcadas como de costumbre  me presento en casa y ya mi madre harta  y muy enfadada me compra otras zapatillas porque había que ir a la escuela y me dice:

-Como las traigas mañana rotas no vuelvas a casa porque te ... (y aquí una palabra que me asustó)

Al día siguiente las zapatillas rotas otra vez.

-Y ahora si no puedo entrar en casa porque me e... ¡qué puedo hacer!

No lo dudé. A la salida de la escuela me voy a Villar con la abuela María.

Al parecer yo era un niño bastante sensible y realmente creí la amenaza y  tenía pánico de volver a casa. Así que cogí el camino de Villar que conocía a la perfección de haberlo recorrido varias veces al año y en vacaciones con alguno de mis padres.

 Pasé por el Valle, subí a San Pedro y entre San Pedro y Prado me fué entrando miedo, no tengo porqué no confesarlo. Iba pensando en qué podría pasarme y qué haría si se hacía de noche y salía algún lobo. Pero no podía volver atrás, así que recé: "Angel de la guarda, dulce compañía, no me abandones ni de noche ni de día" y más reconfortado  continué la escapada.


De pronto vi que me acompañaba un perrito que debía estar de ronda por allí y figurándome que era  mi ángel de la guarda (tenía imaginación de niño nacional-católico)  ya me tranquilicé y seguí con más entereza. El perro me acompañó hasta la salida de la cuesta de Veguellina y  al entrar en término de Villar, se fué quedando atrás. Pensaría que ya había cumplido su misión de escolta. Sería de Veguellina y se habrá marchado a su casa. Feliz él que la tenía para volver.

A tales horas ya debían empezar a preocuparse en mi casa, pero como no había teléfono y la gente viajaba poco no tendrían noticias del niño perdido. Lo habrán pasado francamente mal aquella noche porque nadie daba noticias .


⦁    Ya desde Veguellina a Villar, a pesar de no venir el perro se me fue pasando el miedo, aun así ya iba corriendo a ratos. Llego a Villar y luego de preguntarme donde iba y contestar que con la abuela María, me dijeron que estaban todos reunidos en la amplia cocina de leña,   en casa de la tía Encarnación, era día de matanza (todos eran mis abuelos Serafín y María, mis tíos Benjamín e Irene y Vitorino, una especie de escudero de mis tíos y por supuesto también estaban los anfitriones Luis,  Encarnación;  y también  Rosalía.  Se quedaron de piedra cuando les dije que no podía volver a mi casa en Vega, por esto y esto...

⦁    Mi tío Benjamín que era quien más me conocía me quiso reñir  fuerte pero Luis me defendió y mi abuela María me preparó la cena  y fue a su casa en el fondo do lugar a prepararme la cama. Al día siguiente el abuelo Serafín preparó el caballo y los tres de retorno a Vega. Yo con un miedo enorme pensando en la paliza que me esperaba por parte de mi padre (esas eran de verdad) Suerte que la abuela Pepa, que vivía con nosotros junto con su marido el Galocherio tio Domingo de Burbia , siempre se interponía y no era raro que recibiera sin querer ella algo de lo que yo merecía.
 
⦁    No fué así. Encontré a mis padres relativamente  aliviados, pues al parecer había llegado un cliente de San Pedro a encargar unos pantalones de pana negra, y me conocía,  y que les dió cuenta de verme pasar el día anterior hacia Prado.    Después  de una preocupación mayúscula y alegres porque no me había pasado nada de lo que habían podido llegar a pensar me recibieron  sin una bronca. Seguro que mi madre habrá rezado la tira de responsos a San Antonio "Si buscas milagros mira muerte y horror los desterrados..." y por eso el hijo pródigo, mejor dicho el "cabrito pródigo" llegó sano y salvo y muy alegre de no recibir la paliza esperada por la trastada.
⦁    Después llegaron noticias de que me habían visto cruzar por Prado , pero no sabían quién era. Luego fue tema de conversación en el Valle, Veguellina y sobre todo en Villar dode se sabía, y se sabe, siempre todo de todos.

⦁    HOY RECUERDO CON NOSTALGIA EL BUEN RECIBIMIENTO DE LUIS Y FAMILIA. DIOS SE LO PREMIE.     .


⦁    PD. La luctuosa noticia nos vino de Barcelona. Isolina, no sé cómo lo hace pero se entera de lo que pasa por aquí más pronto que muchos de los que por aquí estamos.

miércoles, 22 de octubre de 2014

La mujer lobo

Un cuento burbiego



Era unha rapaza ca botaron fora de casa os sous padres cunha maldición: Ca comeran os lobos (lobos te
 coman ) Ye logo a moza botóuse o monte cos lobos . Ye fíxose tamén ela lobo. Colleu a pelica ye todo de lobo.
.

E logo pois nun pueblo tiñan unha casa  pra secar as castañas todos os do pueblo, ye na casa aquela tiñan así un canizo no alto , eu non sei cómo o farían, mais o caso é que secaban mutas castañas. Ye logo pois subían pra darles a volta. Ye aquel que iba , a moza comíalo; ye non saía mais. Ye ela , despois que os comía peinábase ye se preparaba na casa aquela o pe do lume. Ye a mida que  o facía quitábase a pelica . Mais logo volvía a poñela ye facíase outra vez lobo.
 
Ye cuando veu un mozo do servicio dixéronlle o que pasaba no pueblo ye dixo:
-Pois vou ir eu a ver.
Ye a sua familia non quería porque o comería. Mais él dice:
-Pois vou aló.




Pois vou, pois vou ... pois foi. Entrou, fixo  o lume ye subiu o canizo; ye tapou a boca e todo pra que ela non olera nada. Ye ela péinase ye arréglase; tira  a pelica  ye era unha rapaza...¡guapísima!
Ye baxou a modo pra que non sintira nada. Ye como ela tiña o pelo largo, taba  cara pra baxo ó peinarse. Ye él baxa , colle a pelica  ye tírala no medio de aquel lume que facíase grande, grande. Ye abrázase na moza ye ben collida pra que non poda ir sacala pelica. Ye dixo ela:

-Mira, si un pelo quedara da pelica , o mairande que che quedara iba ser unha orella.

Ye logo pois como quemou toda, casóuse con ela. 
Ye acabouse o conto.

–Mira; si un pelo me quedara de la piel, lo mas grande que lo iba a quedar a ti era una oreja.
Y luego, pues como la piel la quemó toda, pues se caso con ella” (Camerana,1991 ).

Sacado de "a Curuxa" de Burbia. Adaptado por Vilarego 2000

sábado, 18 de octubre de 2014

Narbolina de parto (Recitada en su versión personal por tía Manuela de Villar)

Narbolina se pasea    de la cocina al portal
  2       con dolores de parir    que le hacen de arrodillar.
         --¡Quién me diera aquí a mi madre    o a mí n`el Valledal!
  4       La pícara de su suegra    como la quería engañar:
         --Vete, Narbolina, vete    a parir al Valledal,
  6       que las madres a las hijas    mucho más suelen quitar.
         --Cuando venga mi don Pedro,    ¿quién le va a dar de cenar?,
  8       ¿quien le quitará la capa?,    ¿quién se la pondrá en su lugar?
         --Yo le quitaré la capa,    yo se la pondré a su lugar;
  10       yo le daré del pan blanco    que tú sueles amasar;
         yo le daré del buen vino    que tú tienes en el cubal.--
  12       (Y) a eso de la una y media    don Pedro ya viene ya.
         --¿Dónde está mi espejo, madre,    que no me salía a esperar?
  14       --Perguntas por el de vidrio    o por divino cristal?
         --Ni pergunto por el de vidrio    ni por divino cristal,
  16       pergunto por mi Narbola,    que no me salía a esperar.
         --La pícara ` tu Narbola    fue a parir al Valledal;
  18       como si aquí no hubiera    pan y vino que le dar,
         como si aquí no hubiera    con que el niño empañar.
  20       --(Y) Ay, prepáreme la capa,    que me la voy a buscar,
         ay, prepáreme la capa    y prepáreme el roldán.
  22       --Si tú no la matas    o la mandas a matar,
         el ganado de tu madre,    ya nunca más lo verás;
  24       el caballo de tu madre,    nunca más lo montarás.
         (Y) a mí me ha llamado puta    y a ti pájaro roldán.
  26       Las llaves de tu cofrillo    en poder del cura están
         Ay, prepáreme la capa    y prepáreme el roldán.
  28       ay, prepáreme la capa,    que me la voy a buscar.
         (Y) Arre, mi caballo, arre,    arre mi caballo el mar;
  30       las herraduras de oro    (y) te las vas a gastar,
         que en una hora y media    siete leguas ha de andar.--
  32       De esos trazos que él dio al burro,    ya le hizo relinchar.
         Narbolina, que lo oyó,    no deja de suspirar.
  34       --Allí viene don Pedro, madre,    que viene enfadado ya.
         Cierra puertas y balcones    y no lo dejéis entrar.--
  36       Siete vueltas dio al palacio    ninguna ha pudido entrar;
         (y) a eso de las siete y media    va una criada y sal.
  38       --Bienvenido seas, Pedro,    bienvenido seas ya;
         tienes un hijo muy guapo,    Dios te lo dé pa criar.
  40       --Ni que la madre se logre,    ni que el hijo coma pan.
         Dile a Narbola que baje,    que es hora de caminar;
  42       --Tú qué vas a hacer, don Pedro,    mira que te ha mucho mal;
         mujer de una hora parida,    ¿cómo podrá caminar?
  44       --Dile a Narbola que baje    antes que lo vuelva a mandar.
         --Ay, déme el vestido, madre,    que me tengo que marchar.
  46       Ay, no me dé el de seda,    ni tampoco el de sedal;
         déme el de pelegrina,    que me lo voy a manchar,
  48       tengo hermanas que los gasten    esos y otros tantos más.
         Adiós padre, adiós madre,    vecinos de este lugar
  50       para mí se acabaron
         las fiestas, los celandones,    hechos en el Valledal.--
  52       (Y) la agarrara del brazo    y la montó en el roldán.
         Anduvieron siete leguas    (y) en sin palabras hablar;
  54       de las siete pa las ocho    don Pedro encomienza a hablar.
         --¿Cómo te va Narbolina,    cómo te va con tu mal?
  56       --A mí me va bien, don Pedro,    mira pa la ancla el roldán.
         Los campos por donde van    cobiertos de sangre están,
  58       los ríos por donde iban    cobiertos de sangre iban.
         Un hombre vino detrás    y no ha podido pasar.--
  60       --A madre llamaste puta    y a mí, pájaro roldán;
         las llaves de mi cofrillo    en poder del cura están.
  62       --Ni a tu madre llamé puta,    ni a ti pájaro roldán;
         las llaves de tu cofrillo    en nuestros bolsillos van.
  64       Anillos de nuestros dedos    aquí están pa presentar.--
         (Y) al llegar a una ermita    y también una ermital.
  66       --Ay, apéame, don Pedro,    que me quiero confesar.
         --Aquí no hay confesor,    ni cura pa confesar.
  68       --Ay, apéame, don Pedro,    si me quieres apear,
         que mis pecados son pocos,    me los han de perdonar.--
  70       Mientras ella se confiesa    don Pedro se fue a pasear.
         Cuando vino del paseo    la su mujer fría está.
  72       --Pobre hombre de mí en el mundo    que mi mujer fría está;
         pobre hombre de mí en el mundo    y el niño sin bautizar.--
  74       Y de una hora para otra,    el niño comienza a hablar:
         --Rey Celinos, rey Celinos,    padre no te he de llamar,
  76       que por no me bautizar    al limbo me voy a parar,
         que por no me bautizar,    para aquella oscoridad.
  78       Las campaninas de Oviedo    tocan a la mortandina.
         Dichosina de la mi madre,    que pa los cielos camina.
  80       Las campaninas de Oviedo    tocan a la mortandad:
         desgraciada de mi abuela,    que pa los infiernos va
  82       y mi padre, rey Celinos,    yo no sé cómo él irá,
         que por no me bautizar,    pa limbo voy a parar.
  84       que por no me bautizar,    para aquella oscoridad.--
   

jueves, 16 de octubre de 2014

Vilareguidades en Alejandrinos blancos


 

A unos 20 Km de La Villa del Bierzo,

por la ruta a Tejeira , pasando La Leitosa,

flanqueado a su entrada por un gran castañar

se encuentra Villar. Su riqueza no es

el metal de su nombre, sino es toda su gente,

su magnífica gente, sus montañas y aguas.

Entre el agua y el monte sobrepasa con creces

a cualquier población de las establecidas

en la cuenca del Burbia


Así

Sus praderas de río, sus lameiras de fuente,

sus fresnedos y abrairas, sus robledales nobles

que medran y triunfan entre el acordeón

siempre húmedo y virgen de sus montes y ucedos:


Su Balourio y Tardelo, su Peliscos, Teixedo...

Su gran caza y su pesca ....Y no se puede hablar

de Villar sin mención  a sus múltiples fuentes

y a sus grandes tesoros:
Los dos ríos caudales
que la abrazan y unidos

desde el fondo del pueblo
Ya tributan conjuntos

al río Burbia en el término

de la aldea vecina: Veguellina de Ancares

Y que ambos rivalizan en la dulce frescura

de sus pozas de truchas.
Y al decir de la gente,

en el rico sabor de las escurridizas

anguilillas de río  cuando intrépidas

salvan las represas del Sil. También  las que se escapan

de las fábricas-cárceles del vecino Valcarce.


Y que ya cimarronas anguilean aquí,

en riquísimas aguas. Y es que hoy extinguida

esa gran pescadora, la listísima nutria,

quedan claro reclamo de la única especie

que depreda a placer: El berciano que sube

con su caña y sedal. Y delicia es también

para el buen visitante cuando "in situ" comprueba

esa gran calidad de su carne rosácea ,

si hace que ROSARIO artista en culinaria

familiar y casera, le prepare un menú

algo nada imposible en su casa en Villar


Por las aguas arriba nada más encontramos

los dos pueblos que son cabecera estos

dos magníficos ríos:
Porcarizas a diestra y Tejeira a la izquierda.

A los valles de ambos los separa un  macizo,

pizarroso y calcáreo: Guillarín es tal monte.

Monte acedo y que en tiempos fuera edén del centeno

y también de algún tímido y feroz urogallo.
amén de los corzos y perdices y gayos.

Y que están como Dios entre el manto de hierba

y los frutos del soto castañar que rebrota

hasta media ladera. Esta inmensa riqueza

queda inmersa al completo en reserva de Caza

Nacional Ancaresa
Sobre nuestros dos ríos,

centinelas del pueblo, Se ven sendos molinos:


Al salir encontramos, sobre el ríoTejeira

y pasadas las huertas de Noguedo y Quintela,

el molino durmiente
del vecino Santiago.


Y en el fondo del pueblo, sobre el río Porcarizas

resiste el comunal restaurado hace poco.








Al NO del Bierzo, tocando a Cantejeira y también a Tejeira, capítulo aparte, se encuentra La Alzada, junto a Pena Cebral

Maravilla de Braña que se alza a la cota de los 1300, igual que Campolagua , con la misma funciòn con respecto a su origen, a su pueblo matriz:Complemento de fincas y asiento estival de Vaqueiros de Alzada.

Salpicada de fuentes curativas también, como las de Tejeira, aunque menos nombradas. Nada raro pues surgen de igual capa freática y el terreno es el mismo.

El cercano Mosqueiro, conjunto increible de autóctonos árboles, esconde una fuente abundante de hierro que restaura al anémico
Si se cruza la pista que atraviesa la Sierra por su puerto cercano, existe un sendero que te lleva directo en un corto momento, a través  de murteira entre acebos y arándanos, a las míticas fuentes de Tejeira en la falda de la Pena  Rubia.

Alguna curación milagrosa ocurriera en la Alzada también, al decir de las gentes. Lo verídico es que la gente que iba y tomaba sus aguas durante una novena, al oreo del aire de pureza serrana, bajaba más sana.

A este espacio hoy abierto, sin duda residuo de circo glaciar, se puede llegar por la senda de carro que deja el asfalto que sube a Tejeira, luego de pasar "a fonte da preñada" y antes de cruzar el puente de Trabado.

Este rincón hay que verlo despacio. Recorrerlo con calma, pues aun hoy como está, en total abandono con sus grises pallozas desmochadas y rotas,conserva ese embrujo misterioso y sublime que cautiva al nativo y embelesa al de fuera.

La de la izquierda es Amelinda Poncelas González poco antes de su trágica muerte cuando conducía con su hermano Arturo  de Villafranca a Villar. Prácticamente se había criado con nosotros Todos e.p.d.


Texto original de Vilarego2000: Alejandrinos blancos.


Complemento a la descripción de Villar de Acero.
A Villar la recorre una calle central, desde el pico hasta el fondo,  paralela del río  el Tejeira a su su diestra, con sus casas  dispersas por sus ambos costados.  Entre los edificios hay cercados  de piedra que, redondos y ovales,   sugieren  pallozas recicladas en huertas.

Se accede a Villar viniendo de La Villa, por el puente primero sobre el río Tejeira . Villar  con sus gentes   abiertas y nobles, es lugar de acogida de estancia y  de tránsito a los pueblos vecinos: Porcarizas de frente y Tejeira a la izquierda señalizan letreros en “Pico do Lugar”,  primer barrio que  sale enseguida al encuentro.  Y hacia Airadapedra, desde el  fondo de “En Baixo” cruzando  otro puente sobre el Porcarizas y a través del collado de “El  Goladín”.

 Volviendo a  la calle principal y central, en sentido del río, enseguida encontramos a la izquierda la Iglesia dedicada a las santas, nuestras  mártires vírgenes: Bárbara y Lucía: faro y refugio en tormentas y sombras. El templo es de planta hoy en L  y fachada con  gran puerta de entrada, rematada en la típica espadaña afilada con las altas  campanas de acceso exterior. El estilo es el simple montañés  parroquial dieciochesco  de los templos de  Ancares . Obra en sólida piedra con vidrieras estrechas y losado a  dos aguas. Posee otra entrada lateral precedida por un atrio enlosado y que ostenta murales de algún cura pintor.  El recinto interior es de única nave con tres clásicos cuerpos: El coro de músicos elevado a la entrada sobre el sitio  de fieles con su confesionario y su típico púlpito para las homilías. Y después el altar, con sencillo retablo, presidiéndolo todo. Y luego por fín  la gran sacristía lateral adosada en la base de la L.

 La cubierta en peldaños nos hace pensar que sería añadido de una ermita inicial. Rodeando el conjunto, un paseo cercado, recorrido piadoso para las procesiones de La Pascua y las fiestas patronales del pueblo.

Siguiendo la calle, el barrio siguiente es “Concello Vello”, lugar donde antaño, reunido en concejo los vecinos del pueblo discutían asuntos de la comunidad. Una puerta sin uso, sirve hoy de tablón, para bandos y avisos de la junta local. A la izquierda está  “El Barrio” que precede a “A Costa” una calle en muy idem que cruza la ruta que va a Porcarizas al nivel de La Escuela, atalaya del pueblo.

 Volviendo a la ruta de la calle central, enseguida  nos vemos en la plaza del “Aira do Teso”. Es la Plaza Mayor, plaza multifunción donde allí casi siempre se celebran  verbenas, conciertos y bailes en las fiestas del pueblo y se juega a los bolos en variante asturiana que describe muy bien Ismael en el Foro que tiene Villar en la Guia delmundo.   Pasado esta era, un desvío a la diestra  nos lleva al “Barreal” un otero de casas que antecede al lugar  que llamamos “El Castro” (una  reminiscencia de los celtas ancestros)  ya fuera del pueblo .Volviendo a la calle central solo queda al  final el “En Baixo” que es el último barrio habitado por vivos.
Luego está el cementerio y entre él y el molino que es la última casa (restaurada a la última) una ristra de huertas con paredes redondas que es la muestra palpable de las casas de antes. Dicen que es por ahí que era el pueblo primero con sus casas de paja. Y a raíz de un incendio lo subieron al sitio actual más moderno,  funcional y  seguro al  ponerle a las casas  las cubiertas de losa. Hoy destacan  las casas remozadas y nuevas, contrapunto a las viejas que aún conservan armónico ese rancio sabor del pasado entrañable de esta aldea ideal,  enclavada al amparo de  los montes de Ancares.







miércoles, 15 de octubre de 2014

Eterno Retorno



El primer recuerdo consciente que tengo de la carretera de acceso a Villar se remonta a finales de los años 50 del siglo pasado (siglo XX). La década anterior ya había ido con mis padres a Cacabelos, pero no tengo memoria de ello porque yo  aún era un lactante . Al parecer mi padre , a poco de nacer yo y venir él de la guerra (corría la primavera del año 1939) se empleó en una sastrería  de Cacabelos que regentaba un maestro conocido por "Pichichi". La razón de este nombre me es desconocida aunque pudiera ser que, además de sastre, fuera el máximo goleador del equipo local, si es que entonces existía ya tal trofeo futbolístico.
 El viaje del traslado en  esta primera epopeya  ha podido ser en caballo o en carro, y la carretera hasta Paradaseca debía  ser, con toda seguridad , un mal camino estrecho y lleno de piedras cortantes , cuestas imposibles, curvas de vértigo y con más desigualdades que una pista de trial. . Y de
Parada hasta Villafranca era, según referencias, una pista algo mejor y también más peligrosa, puesto que bordeaba un alto y prolongado  barranco sobre el Burbia obligando  a maniobras suicidas cuando se cruzaban dos vehículos. Fue construida o mejorada en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera. Y digo mejorada puesto que ya debía existir alguna pista de acceso a Parada desde inicios del siglo XIX con motivo de la construcción  del efímero complejo fábrica de armas - herrería en la Leitosa a orillas del río Burbia a la altura de Ribón
 Hasta 15 años más tarde no volví a recorrer el camino carretero de Villar (que seguía igual de duro , o incluso quizás más, debido al desgaste y el descuido) y este primer recorrido consciente no fue de Villar a Villafranca sino al revés. Era verano y  volvíamos por primera vez de Barcelona en el Shangai,  el mismo  tren  de asientos de madera de la ida,  con locomotora de carbón y  que nos dejó  en Toral de los Vados tras 30 y tantas horas de  traqueteo, trasbordos incluidos (Zaragoza, Ariza y Valladolid). En Toral hicimos el trasbordo al  entrañable trenecillo , hoy fuera de servicio, de Toral a Villafranca El viaje de 20 km desde la Villa a Villar fue a pié y cargados con la casa a cuestas como los caracoles y los antiguos peregrinos de la vieira , aliviándonos del calor y del cansancio en las fuentes del camino: Valquente, Ribón, Fonte do Rodo… Yo tenía 17 años recién cumplidos y eran las primeras vacaciones que nos tomábamos para venir al pueblo, desde que cuatro años antes nos trasladáramos de Vega de Espinareda a San Baudilio de Llobregar (hoy sant Boi) en la provincia de Barcelona
Me parecía como si hubiera pasado un siglo desde mi partida y cuando desde Fungaliñeira divisamos el pueblo, entre sol y sombra pues era ya a la  tardina, no pude evitar la emoción y se me escaparon algunas lágrimas…que por suerte pasaron desapercibidas, pues eran tiempos en que  los hombres no lloraban.... aunque yo sólo fuera entonces un proyecto, pues  me había convertido en adolescente y mi sorpresa fue mayúscula cuando al llegar al pueblo, el tío Lorenzo e.p.d, quien bajaba con el carro cargado de hierba de la Regueira de Oucedo, me saluda- luego de sacar del bolsillo del chaleco, hecho por mi padre,  la pipa y llenarla con picadura de su leira del  Noguedo- con un: -Toñito ¡ ahora ya eres Don Antonio!

Ante este tratamiento, que también repitieron otros paisanos, entre ellos quiero recordar, tía Argentina que estaba en pico do Lugar hablando con el maestro Don Jesús , yo quedé algo perplejo y con una sensación indescriptible. Entonces caí en la cuenta de que a los titulados bachilleres revalidados de la época, ya les trataban de Don. Como a los maestros, los curas y los médicos. Como a los hidalgos en la Edad Media.
Me hacía gracia, no exenta de cierta molestia, que gentes para quienes siempre había sido el bullicioso rapaz Toñito (y por suerte me siguieron y me siguen llamando así tanto los paisanos que aún viven, como los de las nuevas hornadas que me conocen) me dieran ese tratamiento. Lo que no sé, aún a estas alturas, es si Pili, la atractiva hija de la tía Argentina y del tío Ramón, ya ostentaba ese título o lo alcanzó  posteriormente. En cualquier caso, ambos  hemos  sido los primeros vilaregos en poseerlo . Un tiempo  después, nos siguieron Moncho, los hijos de Ester y del maestro: Chucho y Javier.Y hoy las nuevas generaciones de raíz vilarega están ya entre la media nacional de bachilleres.
Me desfogué lo indecible volviendo a corretear coleccionando "potes"  por los senderos del Castro, por los prados de la Margulleira  buscando estálamos, por los bordes de los de Valourio cogiendo avellanas,  por el camino de la Pontiga apañando morodos, subiendo a  los guindos que tenían los abuelos en los Entralgos, embadurnando los morros con las moras de la moral del huerto de mi abuela la a María  … persiguiendo y revincando a las rapazas  que - las comprometidas-  se escurrían como anguilas…
¿Cómo estaba el pueblo? Pues a tono con el camino-carretera. El país no acababa de salir del aislamiento de posguerra, y las aldeas montañesas de la antigua Merindad de la Somoza seguían estáticas en su abandono ancestral. Ningun tipo de servicios , salvo los que se prestaban unos vecinos a otros; Las casas sin luz eléctrica ni agua corriente ni desagües. La lavadora eran las lavanderas en el río que en invierno no era raro encontrarlo helado. La luz por las noches era la luna cómplice de los jovenes en la calle y el ganzo en las casas a veces ayudado por el candil de gas, siempre mortecino, siempre vacilante. El teléfono, siempre con alcance local limitado eran las campanas de la Iglesia tocando a concejo, alguna vez a muerto... La televisión aún con menos alcance era el espejo invariablemente rayado y roto por alguna de sus esquinas, y casi siempre, con un único autoespectador. El transporte para el abastecimiento y emergencias lo consituían algunos equinos y sobre todo el polivalente coche de San Fernando, ya se sabe: Unas veces a pié, otras andando.La calefacción era, ésta sí, de calidad. Pues el fuego de leña de rebollo era sano y calentaba mejor que la mejor estufa moderna, ya sea de gasoil, eléectrica, bomba de calor…
 Los recursos siempre justitos, debido a la condición poco propicia del terreno, se limitaban a la ganadería en pequeña escala, con un promedio de tres vacas y media docena de cabras por vecino, en régimen comunal de viceiras; uno o dos cerdos por familia y una docena de gallinas por corral. Cultivo de hortalizas (nabos, berzas, judías…) por las exiguas e hiperparceladas  tiras de regadío en  las riberas de los dos ríos: Los que bajaban de Tejeira y Porcarizas
. Castañas,  y en las tierras y searas de secano: patatas y pan (centeno) que, cuando se cultivaban en la Alzada, era de ver el acarreo de abono  de ida y vuelta con cuatro horas de camino. Era preciso una doble pareja de reses y ayuda humana, yo diría que sobrehumana, para subir el carro de ruedas macizas arrastradas por el  eje fijo por el espeluznante y empinado camino, en gran parte sobre peña viva, de la Sierra
.  "¡Veña oh,  Marela, Garbosa, me cago en diós, ye en todos os santos!
Máximo esfuerzo para mínimo rendimiento. Y así año tras año, década tras década, generación tras generación. Si alguna gente merece reconocimiento, los paisanos de por aquí, son acreedores a un monumento nacional. Porque trabajaban de sol a sol, a veces en terrenos ariscos y quebrados, con técnicas rudimentarias y primitivas, como el arado romano, el mallo, el pesado carro chillón
, guadaña, …Como compensación podría decirse que los productos tenían el valor añadido de ser 100% ecológicos. Hoy, que ya casi nadie cultiva en la zona podrían pagarse a precio de oro. ¿Quién se anima?
 La parva economía familiar se paliaba un tanto con la pesca libre de truchas (Tiolindo el camposo, y Don Jesús el maestro nacional eran verdaderos campeones que crearon escuela. También tiraban  bien la caña  los hijos del Secretario de Parada) el cultivo de pequeños colmenares familiares (Tío Benito,Tío Manuelón y tío Leonardo en Pico do Lugar, tía María, entre otros en el Fondo do Lugar) Y si cuadraba algunos enjambres
 (tenían maña y aficción Vito, Luidino y Delmiro) Tambien la venta del "corno" del pan proporcionaba algunas pesetas. De cuando en cuando algún corzo o rebeco, jabalí, pomba o perdiz cazados (Tío Eumenio, tío Serafín, Dionisio, Miguel el cojo,  eran escopetas de primera) También se abatían lobos y alguna vez incluso algún oso
. Estos depredadores , junto con la garduña , eran los enemigos naturales de los labriegos y de  las aves de corral. Por supuesto entonces no eran especies protegidas a pesar de lo cual se guardaba un equilibrio natural que hoy pasaría por envidiable.
 Aunque la escasez era la tónica dominante, existía un compañerismo y una convivencia de ayuda mutua envidiable. Y es que la necesidad une y despierta la virtud ... mientras que  la opulencia, casi siempre cobija lo contrario. En los incendios, todos eran bomberos en fila acarreando agua en calderos desde el río más accesible; en los concejos debatían  entre todos y luego  acometían a una las obras necesarias, sea el arreglo de un banzado
, la reparación de un puente... Yo asistí a la rehabilitación del puente de madera  de paso a las tierras de Lentelláis  y a los prados de la Margulleira. También era el paso natural para el pueblo vecino de Airadapedra
y de su braña matriz Campo del agua
. Era de ver las ganas y el esfuerzo de todos los hombres válidos, en ese caso coordinados (y no era nada fácil, debido al genio vivo y a  la abundancia de iniciativas individuales)  por el enérgico tío Ramón quién  desplegó unos conocimientos de ingeniería  y dotes de mando y rigor en el  pensar,  poco comunes en lugares donde la instrucción, caso de existir, era siempre muy primaria y elemental. Este puente artesano  resistío y cumplió hasta que décadas después se reconstruyó en cemento...cuando ya no se trabajaban las tierras y el único que pasaba para Airadapedra era, a caballo, el cartero teixarego Otilio.
 Con estos recursos limitados, no existiendo posibilidad de expansión, ni limitadores de embarazos que frenaran la natalidad, la emigración se dispara creciente de lustro en lustro …hasta quedar como  vecinos fijos un pequeño resto, y por supuesto,  sin crecimiento vegetativo, aunque  hogaño  parece invertirse tímidamente la tendencia... a juzgar por los nuevos empadronamientos.  Y es que ya  los servicios, comunicaciones e infraestructuras existentes permiten vivir en las adeas de la zona con plausible dignidad. Aunque todavía haya flagrantes carencias, como cobertura para telefonía móvil y servicios médicos locales por citar dos servicios básicos e imprescindibles.
Bueno, pues una de esas primeras familias que se fueron a Barcelona, pioneros  en los 50 del siglo pasado, fue la mía. Recuerdo que entonces allí sólo había dos personas vilaregas: Benita González y Victoria Amigo. Esta última, casada con un lugués  que conoció en la sala de baile al aire libre , en las faldas de la Montaña de Montjuich, no lejos del Teatro Griego y frecuentado sobre todo por  gallegos; vivía en la calle Consejo de Ciento cerca de la Pza España. Y la primera , con una hija natural y  por entonces casada con un Aragonés ; vivían  en el Campo de la Bota. Luego fueron llegando más vilaregos que se asentaron sobre todo en San Baudilio de Llobregat (hoy Sant Boi) y en Publillas Casas (Hospitalet de Llobregat) Tanto los que siguen vivos, como sus descendientes hijos y nietos pasan, en su mayoría,  verano tras verano,  sus vacaciones en el pueblo de sus raíces.
 Año tras año, se repetía el "eterno retorno"  primero con tren, y a partir de mediados los 60 en coche. Nosotros, cuando sólo circulaban carrocetas y algún Land Rover, conseguimos llegar a Villar con un seat 600 de segunda mano, sin dirección asistida y con ruedas recauchutadas. Fue el primer turismo vilarego en pasar bajo  el arco de roca viva que adornaba la carretera en término de Puente de Rey; El primero en salvar la cuesta  con peñas en punta  de Veguellina  y el primero en llegar "vivo" después de pasar por el puente  de entrada al pueblo, bamboleante de madera y  tierra apelmazada  "calafateada" con xestas . Recuerdo haber cambiado sólo dos veces la correa del ventilador de ese honrado motor trasero y resistente como ninguno si no lo pasabas de 70, lo cual evidentemente no era mi caso.
Ya en los setenta la venta de madera noble  somozana  permitió convertir  el camino hasta Parada en  pista transitable, con los puentes cementados , aunque creo recordar que aún sin barandilla, al menos al principio. Se instaló una minicentral eléctrica en Quintela que permitió llevar  iluminación a los domicilios aunque  a  todas luces insuficiente y escasa .  El pueblo cambió de cara con la posterior  llegada de la luz eléctrica de Fenosa en los 80,  la llegada de agua corriente  doméstica  amén de la red de desagüe que permitían  la introducción de los servicios sanitarios de higiene en los domicilios   y el uso de ciertos electrodomésticos de los más básicos
Ahora los accesos a los pueblos de la zona, en general, han mejorado . Se puede llegar en autocar hasta Villafranca , en tren elctrico Talgo  hasta Ponferrada  (algunos hasta hacen el camino de Santiago en bicicleta de tungsteno , ese vehículo otrora  de hierro   exclusivo de los mineros y gentes con cierto poder adquisitivo ¡ en algunos aspectos los tiempos cambian que es una barbaridad!) y también  en  turismo particular hasta los  mismos pueblos. Pero  la carretera local , a pesar de algunas mejoras anuales de mantenimiento, que álguien la bautizó como  la carretera cenicienta, por su postergación respecto al resto de las de la Comunidad,  sigue siendo peligrosa con frecuentes sustos y accidentes, y  que  periódicamente continúa cobrándose tributos mortales  entre los jóvenes: Amelinda Poncelas, Daniel, Gelín...
 Hoy la zona de  más arriba  de Paradaseca con sus carencias ,  ya se conoce y se reconoce  a nivel de Comunidad Autónoma e incluso nacional  ( está dentro de Reserva natural  de la Biosfera) y ciertamente ya era hora. Así que este año 2010,  parece ser que hay previsión de un arreglo de esta carretera, sino definitivo, sí quizás digno y en su totalidad, mejorando y ensanchando  tanto el firme como la seguridad y protección, en un plazo que, a quienes hemos dejado muy atrás la primera juventud, siempre nos parecerá excesivo. Ese es el compromiso arrancado por las pedanías afectadas, con la ayuda de alguna prensa comarcal, manifestaciones mediante, solidarias y pacíficas, aunque  firmes,  a la Diputación de León, que la gestiona. Esperemos y rogaremos a  San Cristóbal que no supriman esta Administración provincial  o, en cualquier caso,  que la "crisis" no empeore, ni haga Fomento recortes,  y  se cumpla lo prometido,  de modo que el "eterno retorno" lo sea en paz. Y que estemos a tiempo para vivirlo y poder  contarlo.