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sábado, 18 de octubre de 2014

Narbolina de parto (Recitada en su versión personal por tía Manuela de Villar)

Narbolina se pasea    de la cocina al portal
  2       con dolores de parir    que le hacen de arrodillar.
         --¡Quién me diera aquí a mi madre    o a mí n`el Valledal!
  4       La pícara de su suegra    como la quería engañar:
         --Vete, Narbolina, vete    a parir al Valledal,
  6       que las madres a las hijas    mucho más suelen quitar.
         --Cuando venga mi don Pedro,    ¿quién le va a dar de cenar?,
  8       ¿quien le quitará la capa?,    ¿quién se la pondrá en su lugar?
         --Yo le quitaré la capa,    yo se la pondré a su lugar;
  10       yo le daré del pan blanco    que tú sueles amasar;
         yo le daré del buen vino    que tú tienes en el cubal.--
  12       (Y) a eso de la una y media    don Pedro ya viene ya.
         --¿Dónde está mi espejo, madre,    que no me salía a esperar?
  14       --Perguntas por el de vidrio    o por divino cristal?
         --Ni pergunto por el de vidrio    ni por divino cristal,
  16       pergunto por mi Narbola,    que no me salía a esperar.
         --La pícara ` tu Narbola    fue a parir al Valledal;
  18       como si aquí no hubiera    pan y vino que le dar,
         como si aquí no hubiera    con que el niño empañar.
  20       --(Y) Ay, prepáreme la capa,    que me la voy a buscar,
         ay, prepáreme la capa    y prepáreme el roldán.
  22       --Si tú no la matas    o la mandas a matar,
         el ganado de tu madre,    ya nunca más lo verás;
  24       el caballo de tu madre,    nunca más lo montarás.
         (Y) a mí me ha llamado puta    y a ti pájaro roldán.
  26       Las llaves de tu cofrillo    en poder del cura están
         Ay, prepáreme la capa    y prepáreme el roldán.
  28       ay, prepáreme la capa,    que me la voy a buscar.
         (Y) Arre, mi caballo, arre,    arre mi caballo el mar;
  30       las herraduras de oro    (y) te las vas a gastar,
         que en una hora y media    siete leguas ha de andar.--
  32       De esos trazos que él dio al burro,    ya le hizo relinchar.
         Narbolina, que lo oyó,    no deja de suspirar.
  34       --Allí viene don Pedro, madre,    que viene enfadado ya.
         Cierra puertas y balcones    y no lo dejéis entrar.--
  36       Siete vueltas dio al palacio    ninguna ha pudido entrar;
         (y) a eso de las siete y media    va una criada y sal.
  38       --Bienvenido seas, Pedro,    bienvenido seas ya;
         tienes un hijo muy guapo,    Dios te lo dé pa criar.
  40       --Ni que la madre se logre,    ni que el hijo coma pan.
         Dile a Narbola que baje,    que es hora de caminar;
  42       --Tú qué vas a hacer, don Pedro,    mira que te ha mucho mal;
         mujer de una hora parida,    ¿cómo podrá caminar?
  44       --Dile a Narbola que baje    antes que lo vuelva a mandar.
         --Ay, déme el vestido, madre,    que me tengo que marchar.
  46       Ay, no me dé el de seda,    ni tampoco el de sedal;
         déme el de pelegrina,    que me lo voy a manchar,
  48       tengo hermanas que los gasten    esos y otros tantos más.
         Adiós padre, adiós madre,    vecinos de este lugar
  50       para mí se acabaron
         las fiestas, los celandones,    hechos en el Valledal.--
  52       (Y) la agarrara del brazo    y la montó en el roldán.
         Anduvieron siete leguas    (y) en sin palabras hablar;
  54       de las siete pa las ocho    don Pedro encomienza a hablar.
         --¿Cómo te va Narbolina,    cómo te va con tu mal?
  56       --A mí me va bien, don Pedro,    mira pa la ancla el roldán.
         Los campos por donde van    cobiertos de sangre están,
  58       los ríos por donde iban    cobiertos de sangre iban.
         Un hombre vino detrás    y no ha podido pasar.--
  60       --A madre llamaste puta    y a mí, pájaro roldán;
         las llaves de mi cofrillo    en poder del cura están.
  62       --Ni a tu madre llamé puta,    ni a ti pájaro roldán;
         las llaves de tu cofrillo    en nuestros bolsillos van.
  64       Anillos de nuestros dedos    aquí están pa presentar.--
         (Y) al llegar a una ermita    y también una ermital.
  66       --Ay, apéame, don Pedro,    que me quiero confesar.
         --Aquí no hay confesor,    ni cura pa confesar.
  68       --Ay, apéame, don Pedro,    si me quieres apear,
         que mis pecados son pocos,    me los han de perdonar.--
  70       Mientras ella se confiesa    don Pedro se fue a pasear.
         Cuando vino del paseo    la su mujer fría está.
  72       --Pobre hombre de mí en el mundo    que mi mujer fría está;
         pobre hombre de mí en el mundo    y el niño sin bautizar.--
  74       Y de una hora para otra,    el niño comienza a hablar:
         --Rey Celinos, rey Celinos,    padre no te he de llamar,
  76       que por no me bautizar    al limbo me voy a parar,
         que por no me bautizar,    para aquella oscoridad.
  78       Las campaninas de Oviedo    tocan a la mortandina.
         Dichosina de la mi madre,    que pa los cielos camina.
  80       Las campaninas de Oviedo    tocan a la mortandad:
         desgraciada de mi abuela,    que pa los infiernos va
  82       y mi padre, rey Celinos,    yo no sé cómo él irá,
         que por no me bautizar,    pa limbo voy a parar.
  84       que por no me bautizar,    para aquella oscoridad.--